El cruento suceso ocurrió el 11 de abril de 2005 y se originó cerca de las 17, cuando reclusos alojados en el pabellón 7 fueron armados con chuzas y con los rostros cubiertos hasta el ala norte del penal, en donde forzaron un candado para luego sorprender a dos guardias.
Con los guardiacárceles Oscar Yosviak y Eduardo Marchesín como escudos, los reclusos avanzaron hasta el pabellón 11, en donde mataron a 10 presos en cuestión de minutos. La ira criminal continuó cuando los sublevados fueron hasta el sector 1 en donde asesinaron a otros cuatro presos más.
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La sangrienta revuelta dejó como saldo catorce reclusos muertos e identificados como Diego Hernán Aguirre (23); Cristian Adrián Heredia (27); Walter Enrique Gómez (33); José Itatí García (29); Juan Manuel Ortigoza (27); Amelio Abel Mercado (26); Ramón Alberto Duarte (27); Sergio Damián Duarte (24); Sergio Pablo Frías (32); Carlos Ariel Barreto (26); Jorge Raúl Yanuzzi (27); Juan Díaz y Fabián Ezequiel Benítez (22) años y Ramón Andrés Valenzuela (30).
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Una imagen que muestra las chuzas que se emplearon en la matanza de trece presos.
Foto/ Gentileza José Almeida, fotografo que cubrió el caso.
Qué sucedió luego de la masacre
La brutal matanza originó dos procesos judiciales que tramitaron en juzgados distintos. Uno que tramitó en el Juzgado de Instrucción N°8, del entonces juez Jorge Patrizi y otro en el N°5, de Darío Sánchez.
En el caso del primero, se investigó la responsabilidad de los crímenes y la causa fue elevada al Juzgado de Sentencia del juez Mauricio Frois que condenó en 2008 a prisión perpetua a los presos Oscar “Loco” Gutiérrez, Luis Romero, Carlos “Tuerto” Aranda, Rodrigo Romero, Ariel Rojas, Juan Pablo “Chino” Massa y Luis “Salpicado” Romero como "coautores de los delitos de privación ilegítima de la libertad coaccionante agravada por haberse logrado el propósito y homicidio calificado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas reiterado en catorce oportunidades en concurso real".
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El fallo, en tanto, impuso una condena de 10 años de cárcel a Rafael Lemaire, Juan Pablo Cantero y Marcelo Enrique tras encontrarlos culpables del delito de "coautores penalmente responsables de los delitos de privación ilegítima de la libertad coaccionante agravada por haberse logrado el propósito".
Masacre de la Cárcel de Coronda: entre sospechas
A partir de la masacre se abrió otra investigación en la que estuvieron bajo sospecha los agentes penitenciarios que fueron tomados de rehén, Eduardo “Pato” Marchesín y Oscar Yosviak y la cúpula del penal que tenía como jefe y subjefe a Oscar Mansilla y Carlos Monti.
Tanto Marchesin como Yosviak fueron procesados por incumplimiento de los deberes de funcionario público en concurso ideal, con homicidio culposo, agravado en catorce oportunidades, en concurso ideal. Mientras que los jefes también recibieron un reproche penal durante la instrucción del caso.
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Frente de la cárcel de Coronda en la actualidad.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
En el caso de Mansilla fue procesado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, en concurso ideal, con homicidio culposo en cuatro oportunidades; y Monti, por homicidio culposo agravado en cuatro oportunidades en concurso ideal.
Un quiebre en la política penitenciaria
El expediente fue elevado al juzgado sentencia del juez Dardo Rosciani, quien el 28 de septiembre del 2012 absolvió a los cuatro funcionarios tras considerar que el Servicio Penitenciario estaba “desquiciado” y no cumplió con los requisitos y las máximas constitucionales.
“Cuando algo grave ocurre, en cualquiera de los ámbitos públicos, se intenta hacer prevalecer el viejo dicho que el hilo se corta por lo más delgado. Al menos en este caso, no formaré parte de la tijera inmoral que hace vigente dicho refrán”, consideró el juez en ese entonces.