Agentes de la Dirección General de Aduanas secuestraron mercadería valuada en 47 millones de pesos que era de origen y procedencia extranjera. Los bienes no tenían los avales aduaneros correspondientes e iban a ser transportados desde Puerto Iguazú a Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Personal del organismo utilizó un método de control no intrusivo, el escáner aduanero, que permitió identificar la carga en infracción.
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Durante el análisis de la documentación solicitada, se detectó que gran cantidad de los productos carecían de los correspondientes papeles respaldatorios, concluyendo que habrían sido ingresados al país de manera irregular.
En la carga había garrafas de gas refrigerante R22 (de importación prohibida), 592 kilos de caños de cobre de los utilizados en instalaciones de aires acondicionados, 4300 anteojos de sol, 780 termos y mates metálicos, 658 pares de zapatillas de varios modelos y marcas, y 100 pares borcegos.
Asimismo, dada la condición irregular de los bienes, incluso la autenticidad de los mismos está en duda. Podría haber fraude marcario en productos con inscripciones de reconocidas marcas.
Teniendo en cuenta la enorme cantidad de bienes, se concluye que la carga tenía fines comerciales. En ese marco, los agentes de la Aduana labraron actas por tenencia injustificada de mercadería de origen extranjero con fines comerciales y procedieron al secuestro de los productos en los términos de los artículos 986 y 987 del Código Aduanero.
En tanto, la Aduana le dió intervención al Juzgado Federal de Oberá.
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