Sergio, un vecino y comerciante del área, describe la situación como insostenible. "Aumentamos al máximo el nivel de seguridad poniendo más cámaras, más alarmas, bolleros eléctricos, púas, alambres… de todo lo que se te puede ocurrir. Lo único que nos faltó fue tener un guardia permanente", relata Sergio que contó que uno de sus empleados descansa en su taller para proteger el lugar. "Es imposible acá en Guadalupe Oeste con cómo atacan. Lo hacen de forma vandálica y de distintas maneras", describió el vecino.
Modus operandi violento y nuevas modalidades de ataque
Al respecto, Sergio explicó que los delincuentes operan en grupos de seis o siete personas y rompen los portones para ingresar a los talleres, como el que Sergio posee sobre Aristóbulo del Valle y 25 de Mayo, una de las zonas más afectadas. "Vienen por la parte de atrás, por 25 de Mayo, y lo peor es que ahora la nueva modalidad es incendiarte los portones", explicó.
La madrugada del último ataque, las alarmas del galpón de Sergio se activaron. Al revisar, no encontraron a nadie dentro del taller, pero sí un individuo afuera, prendiendo fuego en el portón. "El tipo empezó a poner papel en el portón y dale con el fuego. Si las llamas entraban y agarraban algo inflamable, podría haberse incendiado todo", lamentó Sergio.
Preocupa la cercanía de una villa
Según el testimonio de Sergio, gran parte de los ataques provienen de personas que se trasladan desde una villa cercana. "Pasan todas las mañanas, tarde y noche, haciendo inteligencia. Se sientan, miran, estudian los movimientos", aseguró, preocupado por la constante vigilancia que parecen sufrir los comercios de la zona. Además, señaló que los talleres de la cuadra solo funcionan durante el día, lo que deja la zona vulnerable por la noche. "Es como para levantar un muro como el de Berlín", expresó con desesperación, ante la falta de soluciones.
Los vecinos de Guadalupe Oeste, especialmente los dueños de talleres, enfrentan una situación crítica y reclaman una mayor presencia policial y acciones concretas para frenar la escalada de delitos en la zona. Mientras tanto, siguen reforzando sus medidas de seguridad en un intento por proteger sus propiedades de los ataques que parecen no tener fin.