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Policiales dólares | Rosario | robo

Entrerrianos llegaron a Rosario para comprar dólares, un conocido los metió en la boca del lobo y le robaron millones de pesos

Un hombre de 36 años oriundo de la localidad entrerriana de Villaguay quedó detenido por entregar a coterráneos que confiaron en él para comprar la moneda estadounidense en el mercado ilegal dentro de un departamento céntrico, donde a punta de pistola les robaron más de tres millones de pesos.

Rosario está separada de Villaguay por 264 kilómetros. Si se decide emprender el viaje desde la apacible localidad entrerriana, la alternativa más corta es tomar por la ruta 12, y ya en Victoria, trasponer el puente. En tres horas y media en auto y sin contratiempos se puede arribar a la Cuna de la Bandera.

Con todo encaminado y un nexo confiable, dos hombres jóvenes, uno de ellos abogado, emprendieron viaje luego de contactar a un conocido de su ciudad, Matías Nicolas H. que se había asentado en Rosario hacía muy poco tiempo. “Vengan a mi departamento que yo les hago el contacto con gente conocida”, dio el marco de tranquilidad a sus coterráneos para que pudieran viajar tranquilos para comprar divisa norteamericana.

Viaje riesgoso

Los viajeros pretendían comprar dólares por unos 3.300.000 pesos. Dividieron el dinero en un maletín y una mochila y llegaron el miércoles 2 de junio al mediodía a un departamento de España al 1400, pleno microcentro rosarino.

Allí, en el primer piso B del edificio residía su contacto, Matías Nicolás, quien justificó su traslado desde Villaguay porque estaba en busca de nuevas y mejores oportunidades laborales. Según le indicó a sus allegados, había alquilado ese departamento hacía apenas tres días.

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El departamento donde ocurrió el asalto.

El departamento donde ocurrió el asalto.

Lo concreto es que los tres ingresaron al condominio directamente por la cochera. “Es más seguro”, prometió el dueño de casa. Aunque él no tenía vehículo, rentó el inmueble con espacio para estacionar. Mientras subían por la escalera, se toparon con un hombre extraño.

Sin embargo Matías justificó ante sus allegados que era “con quien iban a realizar la operación”. El tono íntimo de semejante negocio ya era más bien incómodo. Y se acentuó cuando al entrar al departamento vieron a un segundo hombre desconocido que estaba sentado cómodamente almorzando sobre una mesa.

No era una cueva, era la boca del lobo

El intermediario otra vez trató de tranquilizarlos, dando a entender que era gente de confianza. Explicó incluso que el individuo de la escalera “se había quedado a dormir esa noche”. La cosa ya no era normal, se advertía un movimiento extraño para una transacción considerada reservada, sobre todo por el monto. Pero que además es ilegal y está prohibida por el Banco Central de la República Argentina.

El afán desmedido por hacerse de dólares en el mercado negro puede acarrear situaciones de extremo peligro. Y así fue. En un abrir y cerrar de ojos los dos hombres que parecían garantizar la operación, salieron de la cocina. Pero volvieron a los segundos con un tercer cómplice que sostenía una pistola de grueso calibre que apoyó en la cabeza de Matías. Los entrerrianos se quedaron inmóviles mientras eran amenazados de muerte.

En segundos despojaron a una de las víctimas de una mochila negra donde guardaba un millón ochocientos mil pesos, un teléfono, y documentación de la transacción de una camioneta. A la otra, le sustrajeron un portafolio que tenía fajos por un millón quinientos mil pesos, y un celular.

Tanto el supuesto dueño de casa como sus dos conocidos fueron maniatados de pies y manos con cintas, y encerrados luego de que los ladrones pusieran llave del lado de afuera de la puerta. Luego se esfumaron sigilosamente en una zona del macrocentro muy transitada repleta de edificios y cámaras de videovigilancia, públicas y privadas.

Matías y otro de los damnificados lograron desatarse y se colgaron de un balcón, desde donde pidieron auxilio a los gritos. Una vecina advirtió la situación y los ayudó. Pero todo era confuso. “Estamos con Matías”, le dijo una de las víctimas a la mujer, que desconoció por completo al vecino. Otro dato extraño en la trama del hecho, aunque podía ser lógico si hacía no más de tres días que había alquilado el departamento.

Ya con presencia policial en la puerta del edificio y un revuelo de proporciones, se comunicaron con la dueña del departamento, quien le pidió a la administradora que facilitara una copia de las llaves para liberar a las víctimas. Los peritos de la Brigada Criminalística ingresaron al lugar, levantaron rastros de huellas digitales y secuestraron algunos elementos de relativo valor para la investigación

Un hecho, dos versiones

El fiscal José Luis Caterina intervino en el caso y ordenó que se demore preventivamente a los tres entrerrianos a los fines de tomarle testimonio, pero por separado. En esa instancia se dieron las discordancias que abrieron la posibilidad de una “entrega”. Es que mientras el relato de los dos amigos de Villaguay eran coincidentes respecto a la mecánica del atraco, la narración de su allegado y nexo de la operatoria mostró fisuras que llamó la atención de los investigadores.

El fiscal Caterina explicó a Aire Digital algunos aspectos de la trama del caso, que puede esconder una actividad delictiva más compleja que involucra a bandas sofisticadas dedicadas a este tipo de maniobras. “La persona que alquiló la casa dijo que mientras estaban en el departamento los ladrones irrumpieron en el lugar, cuando en realidad ya había por los menos otras tres personas”, distinguió el funcionario en relación a la declaración de las otras dos víctimas.

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El  edificio donde los entrerrianos se encontraron con los falsos

El edificio donde los entrerrianos se encontraron con los falsos "cueveros".

Además, Matías H. le dijo a los investigadores que a él también le habían robado un celular y 400 mil pesos. Como las declaraciones eran muy distintas, el fiscal lo corroboró con las otras víctimas, quienes nunca advirtieron esa circunstancia. Refirieron que no vieron a los maleantes robarle dinero a su coterráneo, y confirmaron el clima “raro” que advirtieron al toparse con las dos personas dentro del departamento.

Con tantas incongruencias, Caterina ordenó que Matías H. quede detenido. Según su postura, tomó fuerza la hipótesis de que podría tratarse de un entregador, que junto a los maleantes orquestó un plan de antemano para concretar el suculento robo. Además, cuando los policías requisaron al sospechoso para llevarlo al calabozo, le encontraron el teléfono que había denunciado como robado.

“Un pequeño ahorrito de 400 mil pesos”

El viernes de la semana pasada Matías Nicolas H., inscripto en la AFIP como monotributista en el rubro de la construcción, fue sometido a una audiencia imputativa delante del juez Gonzalo López Quintata. El hombre se mostró tranquilo, frío, y ofreció su versión de los hechos bajo esa condición de supuesta víctima.

Cuando el fiscal lo interrogó por el dinero que le robaron, explicó que era “un pequeño ahorrito de 400 mil pesos”. Y al ser consultados respecto a las personas que estaban en su casa, no aportó nombres, direcciones, teléfonos. Solo describió con nombre y apellido a uno de ellos, que en definitiva era a quien contactó para la transacción.

Mencionó que lo había conocido tiempo atrás en un trabajo que compartieron en Paraná, y que confió en él porque lo convocó a Rosario para trabajar en “una financiera” que estaba próxima a abrir. Así justificó su corta estadía en la ciudad y el alquiler del departamento por 50.000 mil pesos mensuales.

Según detalló el fiscal, no quedó muy claro si esa persona fue la que firmó el contrato de alquiler con la dueña, o fue Matías Nicolás H. Tampoco fue convincente cuando justificó que creyó lógica la presencia de los otros dos hombres en su casa “para manejar semejante monto de dinero”.

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José Luis Caterina, el fiscal de la causa.

José Luis Caterina, el fiscal de la causa.

“Uno comía con él, el otro subió la escalera y ya había dormido a la noche en su casa. No condice con la familiaridad del trato. Quedó muy pegado a ellos”, indicó Caterina a Aire Digital. El funcionario además analizó que con la coartada del robo de los 400 mil pesos, “intentó posicionarse como víctima”, pero no fue muy verosímil su versión.

El fiscal ya había detallado ante el juez las evidencias que sostenían su hipótesis y el encuadre legal que le dio a la conducta de Matías H. S. Lo imputó como “partícipe necesario del delito de robo calificado por el uso de arma de fuego (no hallada) y privación ilegítima de la libertad agravada por las violencia ejercida.

La defensora pública Alejandra Paolini rechazó la imputación. Luego de que el fiscal solicitara la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley, opuso que su asistido no tiene antecedentes penales y pidió la libertad. Subsidiariamente dijo que podía fijar domicilio en la casa de una tía en Villaguay, recibir un informe ambiental y presentarse periódicamente a la comisaría más cercana.

Luego de un cuarto intermedio, Caterina ratificó su postura. La defensora aportó que el domicilio legal de Matías en Rosario era el mismo departamento de calle Balcarce donde se concretó el millonario robo. Además, ofreció pagar una fianza de 50.000 pesos. Al resolver, el juez remarcó las incongruencias en la declaración del sospechoso, y tras aceptar la imputación ordenó que quede detenido en prisión preventiva efectiva hasta el 24 de junio.

Un hecho grave

“Cuando pasan estas cosas, delitos graves, violentos, y aparece la sombra de una banda con un lucro espantoso, es interesante que se denuncie, porque hay mucho mercado en la ilegalidad, como la droga, las balaceras, que terminan en un circuito de extrema violencia. En este hecho no ocurrió, pero puede haber muertos”, analizó Caterina ante la consulta de Aire Digital sobre las derivaciones del caso.

“Esta gente más que en una cueva entró en la boca del lobo y perdió todo. No alcanzó a realizar ninguna transacción. Para mi son víctimas, aunque en el plano impositivo será la Afip o la UIF la que deberá investigar sus actividades. Ellos adelantaron que están a disposición de la investigación cuando se los requiera”, agregó el fiscal.

“Esta gente más que en una cueva entró en la boca del lobo", dijo el fiscal del caso “Esta gente más que en una cueva entró en la boca del lobo", dijo el fiscal del caso

Sobre el acusado indicó que “construyó un relato con una lógica interna, pero que no tiene verosimilitud en el contexto. Es muy interesante porque en hechos de estas magnitudes se habla de dateros y entregadores. No sabemos qué tajada sacaría, pero son hechos que pueden desatar otras cosas”.

En relación al hombre que contactó a Matías para llegar a Rosario, hay algunas pistas que se mantienen en reserva. Se trata de una persona que ya figura en otro legajo penal y tiene orden de captura activa. Fuentes policiales confirmaron que se ordenaron una serie de medidas para dar con su paradero, pero se trata de un individuo “muy escurridizo”.