En la provincia de Corrientes, más allá de la precariedad institucional que reaparece en la investigación de este caso, aún es un misterio el móvil de la desaparición del chico, ahora encuadrada en el delito de trata de personas.
El interior profundo de la Argentina muestra, con este tipo de casos terribles, las fracturas institucionales que existen en un país que solamente está enfocado en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
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Corrientes también es el país real. Y cuando los medios saquen el foco de sus cámaras, seguirá igual. Es la provincia donde el exjuez federal Carlos Soto Dávila terminó procesado y destituido por favorecer al clan narco que operaba en Itatí, donde la trama de complicidades abarcaba desde el comisario hasta el intendente.
La trata de personas, un delito aberrante
En el caso de Loan, esa realidad salvaje aflora otra vez con las negligencias y complicidades que logran apoderarse de una situación tan grave como la desaparición de un niño de cinco años.
Esta trama empieza a mostrar con mayor nitidez que la trata de personas no es solo un catálogo, sino que es un delito aberrante y que impacta con mayor frecuencia en lugares vulnerables, que a nadie le importan, atravesados por historias terribles, como ocurrió en este caso, en el que una parte de la familia aparece como facilitadora de la entrega del niño.
Lo que no se sabe aún, en una investigación que se dedicó los primeros diez días a buscar a un chico perdido en el monte, es cuál fue el móvil, para qué se llevaron a Loan del campo de su abuela, al que había llegado a caballo junto con su padre ese jueves 13 de julio.
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A 13 días de la desaparición de Loan Peña, no hay indicios serios sobre qué pudo haber pasado con el niño de 5 años.
Gustavo Vera, del comité contra la trata y director de la Fundación Alameda, advirtió que cuando las víctimas son niños, las redes que se involucran “los destinan para adopciones ilegales fuera del país, pornografía infantil, ritos satánicos y tráfico de órganos”.
Las miradas están puestas en Paraguay, porque es la frontera más cercana, a unos 450 kilómetros del paraje El Algarrobal, ubicado a 4 kilómetros de la ruta 123. Como no se establecieron controles en las rutas tras la desaparición de Loan, todo es probable.
Un día antes de derivar la investigación a la Justicia federal, que es el fuero que debería haber realizado la pesquisa desde un principio, el fiscal Castillo acusó al exintegrante de la Armada Carlos Pérez y a su esposa Victoria Caillaba de raptar al niño.
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La única evidencia que tuvo el fiscal fue que un perro detectó rastros de Loan en la camioneta Ford Ranger que usaron para ir al campo y en un Ford K que utilizaron para, al otro día, viajar hasta la capital de Corrientes y luego a Chaco.
Allí, según su testimonio, pretendían comprar una casa rodante en un pueblo cercano. El fiscal mencionó también evidencias halladas en los celulares de la pareja, pero no dio más detalles.
Qué pasó con Loan: misterio y complicidades
A los dos principales sospechosos los detuvieron el viernes pasado, junto con el comisario Maciel, que habría ordenado plantar a unos 2 kilómetros de la casa de la abuela una zapatilla que pertenecía a Loan. Ese hallazgo fue clave para que la hipótesis principal siguiera siendo, hasta el día 10, que el niño se había extraviado en el monte.
En esa operación participaron como cómplices otros miembros de la familia. Pero la pregunta que surge es quién tenía la zapatilla que estaba usando el chico cuando desapareció.
El fiscal se ciñó al relato que hicieron en Cámara Gesell los cinco niños que acompañaron a Loan al naranjal, que en rigor no existe. Es un solo árbol que no tiene frutas. Pero ahora surgen dudas de los testimonios de los chicos, que pudieron haber estado influenciados por los mayores.
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La ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich estuvo en Corrientes y les pidió a sus funcionarios no dar información sobre la causa, porque se pone en riesgo la vida del niño desaparecido.
En un video que difundió un sector de la familia, ligado a la madre de la víctima, se ve a uno de los primos del menor decir que Loan no fue con ellos hasta el naranjal, como inicialmente habían declarado todos los que participaron del almuerzo.
María Noguera, la madre de Loan, fue la primera que desconfió de la posición del fiscal y de su propio abogado –después lo cambió– Roberto Méndez, un conocido cazador deportivo de la zona.
La mujer aseguró, el miércoles de la semana pasada, que “alguien” se había llevado a su hijo. Y pidió a su abogado que se buscara “casa por casa” en 9 de Julio. Nadie la escuchó.
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Los medios y el Caso Loan, entre la ficción y el amarillismo
Otro capítulo en paralelo a la causa es el de la cobertura de los medios nacionales en la zona. El caso de Loan se transformó en la noticia más importante durante la última semana y el aumento del rating mueve a que los periodistas transmitan todo el día en vivo desde Corrientes.
El caso no aporta novedades para cubrir ese espacio de tiempo y los medios tienen desvencijados los equipos de producción, por lo que la cobertura roza la ficción y un amarillismo insano que reaparece ante cada hecho que genera la atención de la población.
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El morbo crece a cada minuto. Los cronistas exacerban datos mínimos que son irrelevantes e inventan historias con escaso rigor, que a las pocas horas se desmienten.
La orden que dio la ministra de Seguridad de la Nación Patricia Bullrich a sus hombres de confianza en esa cartera es que la información de la causa “será confidencial” porque se pone en riesgo la vida del niño desaparecido. No suministrar información oficial alimenta los delirios salvajes de los cronistas.