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Ocio

Qué es el sexo unicornio, un clásico reconvertido en novedad

Se trata de una de las fantasías más extendidas pero que no todos saben como llevar a la práctica.

En los últimos tiempos se escuchó de forma más habitual el término “sexo unicornio”. Es la forma en la que se ha rebautizado a una de las grandes fantasías sexuales por excelencia en la mente de las personas: un trío.

Aunque el sexo unicornio es un trío con características un poco particulares. Es el que se realiza con una pareja heterosexual más otra mujer, con orientación bisexual. Se lo denomina así por el hecho que por mucho tiempo se consideró esta práctica sexual como un mito, al igual que el animal.

Lo más complicado de este tipo de sexo es involucrar a la tercera parte, quien accede a este tipo de relación sexual sin interferir luego en el vínculo de la pareja ni pedir nada a cambio más allá de pasar un buen rato. Es por eso que algunos sexólogos llevan a cabo recomendaciones específicas para las personas que deciden incursionar en esta práctica.

Una de las normas fundamentales es no involucrarse sentimentalmente con la tercera persona, por lo tanto, es esencial recordar que el único fin es el placer sexual o el experimentar con tu pareja. En el caso que dificulte o se entrometa en la relación heterosexual, es mejor replantear la cuestión.

Por otro lado, es recomendable pactar una serie de reglas y límites antes de empezar y, una vez en el proceso, no saltárselas. El sexo unicornio ocurre solamente cuando las tres personas están presentes durante el acto. Se puede tratar de una práctica que se lleva a cabo por una sola vez o de forma repetitiva, pero en este último escenario hay que asegurar que no hay sentimientos de por medio y se puede poner un fin en cualquier momento.

Si tenés ganas de intentarlo lo mejor es planteárselo a tu pareja abiertamente. Lo más importante de una relación duradera es la comunicación y poder expresar libremente a la otra persona qué es lo que uno desea y disfruta para que el vínculo se fortalezca y sea satisfactorio. No hay que dejar que los prejuicios se entrometan en el placer sexual, cada uno puede experimentar con su sexualidad y con su cuerpo siempre y cuando respete al otro.

Fuente: www.tn.com.ar

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