El sol representa el principal enemigo de las persianas plásticas, sobre todo las de color blanco. La exposición constante a los rayos UV provoca una decoloración progresiva que, sumada al polvo y la polución del ambiente, termina por dejar una apariencia opaca y amarillenta. Sin embargo, un truco casero demostró que es posible revertir ese daño sin esfuerzo.
Paso a paso para dejar las persianas blancas como nuevas
- Bajá la persiana y eliminá el polvo suelto: si tenés acceso desde el exterior, bajá la persiana parcialmente y usá un cepillo suave para sacar el polvo más superficial. Este paso permite evitar que la suciedad se extienda durante la limpieza.
- Aspirá la persiana por dentro y por fuera: una aspiradora con boquilla pequeña sirve para eliminar la suciedad más adherida, tanto del lado interno como externo. Este paso facilita la limpieza profunda que viene después.
- Limpiá con jabón neutro y un trapo húmedo: prepará una mezcla con agua tibia y jabón neutro. Humedecé un trapo de algodón o una esponja suave, y pasalo por cada una de las lamas. No hace falta refregar con fuerza, ya que el jabón actúa con rapidez.
- Secá con un paño limpio y dejá ventilar: una vez que limpiaste toda la superficie, pasá un paño seco para evitar marcas de agua y humedad. Dejá la persiana extendida para que se ventile bien.
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Paso a paso para dejar las persianas blancas como nuevas.
No te olvides del cajón de la persiana
El cajón, ubicado en la parte superior del marco de la ventana, suele acumular polvo y grasa con el tiempo. Se puede acceder desde el interior del hogar, y limpiarlo con el mismo procedimiento: primero aspirar, luego pasar un trapo con agua y jabón, y por último secar bien.
Además de mejorar el aspecto de tus persianas, este truco casero potencia la entrada de luz natural y aporta una sensación de limpieza al ambiente. Con apenas unos minutos y elementos que tenés en casa, podés renovar por completo la apariencia de tus ventanas.