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Policiales

Los prófugos se movieron por Santa Fe en bicicleta

Según la investigación de la justicia provincial, una vez instalados en el departamento del ingeniero agrónomo, los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci usaron una bicicleta para hacer compras en la peatonal santafesina.

El próximo miércoles 21 de noviembre empezará el segundo juicio que los hermanos Cristian y Martín Lanatta, y Víctor Schillaci deberán enfrentar por los hechos cometidos en tierras santafesinas cuando se mantenían prófugos tras evadirse del penal de General Alvear.

Tras el juicio desarrollado en el Tribunal Oral Federal, que expuso lo sucedido en la zona rural de Matilde, cuando fueron avistados por primera vez por las fuerzas de seguridad, llega el turno de la justicia provincial.

El fiscal del MPA Estanislao Giavedoni expondrá la situación padecida por el ingeniero agrónomo secuestrado el 7 de enero de 2016 mientras trabajaba en un campo ubicado en Estación Matilde para la empresa Bayer, de la cual es empleado.

Además, lo ocurrido con un matrimonio de Campo del Medio, la madrugada del 9 de enero, cuando irrumpieron en su vivienda, los redujeron y les robaron una camioneta para darse a la fuga.

Por último, dos de ellos, Cristian Lanatta y Victor Schillaci, serán también juzgados por lo sucedido en el Molino Arrocero Spalleti, momentos previos a su detención, cuando mantuvieron cautivo a un trabajador del molino bajo amenazas con un arma de fuego.

 

El secuestro del ingeniero

Según consta en el legajo fiscal, el joven de 29 años fue interceptado por los prófugos cuando se encontraba trabajando en un campo ubicado en Estación Matilde.

Mientras repasaba unas planillas dentro de la camioneta V.W. Amarok propiedad de la empresa para la que trabaja, el ingeniero escuchó una frenada que lo hizo levantar la vista. Entonces vio a tres personas fuertemente armadas que descendían de una utilitaria Citroen Berlingo, detenida en diagonal a la Amarok.

Dos de los forajidos llevan armas de gran calibre, uno de ellos tenía puesto un chaleco antibalas color verde, otro un chaleco color azul y estaban exaltados.

Al ingresar en la camioneta, empujan al ingeniero hacia el asiento del acompañante y le consultaron si era policía o gendarme, y donde vivía. Cuando declararon en el juicio en el TOF, Cristian Lanatta expresó que al ver la camioneta Amarok blanca pensaron que podía ser un móvil de la Gendarmería.

Una vez dentro de la camioneta se identificaron como “los tres que se habían fugado de la cárcel” y le requirieron ir hasta su casa, evitando controles de peaje.

El recorrido que realizaron quedó registrado en el dispositivo de GPS propiedad del ingeniero: tomaron por Ruta 19,  luego caminos rurales, hasta la ruta que pasa por Pilar, de allí, hasta Nuevo Torino, luego por Ruta 70 en dirección a Santa Fe, rodeando el peaje que está cercano a la ciudad de Esperanza, por camino de tierra, siempre a gran velocidad.

Tras pasar por el domicilio del ingeniero, un departamento ubicado en un primer piso de un edificio de pocos pisos en calle San Jerónimo al 3000, continuaron hasta una cochera de calle 9 de Julio al 2500, donde la víctima dejaba la camioneta.

En bicicleta

Una vez instalados en el departamento, el ingeniero fue encerrado en un dormitorio, atado de pies y manos. Luego, los prófugos se dirigieron a la peatonal santafesina a realizar algunas compras en una bicicleta propiedad de la víctima.

Por último, en la cochera de calle 9 de Julio plotearon la camioneta del ingeniero, con la leyenda “GENDARMERÍA” en adhesivo vinílico verde, adquirido en una librería ubicada en calle San Martín al 2900.

Una vez que los prófugos abandonaron el departamento en la camioneta, la víctima logró salir al balcón a pedir auxilio, el sábado 9 de enero a las 7 de la mañana. Esta situación fue advertida por un vecino que pasaba por allí y dio aviso a la central de emergencias 911 y el ingeniero logró ser liberado.

 

Una llamativa camioneta de la Gendarmería con vidrios polarizados

Los prófugos continuaron su evasión a bordo de la Amarok ploteada por la Ruta Provincial Nº 1 hacia el norte. Cerca de la medianoche de ese sábado se da cuenta a la Cria 5º de Cayastá que personal afectado al control de ruta, el Sub Jefe de la Cría 3º de Santa Rosa de Calchines, emite un llamado informando que había observado una camioneta VW Amarok, de color blanca, con la inscripción de “Gendarmería”, vidrios polarizados y sin barral de balizas, lo que habría llamado la atención. Cuando intentaron detenerla para control, lo eludió y por eso se solicitó colaboración inmediata a la Cria. 1º de Helvecia de la URVII.

Finalmente, la camioneta fue encontrada en un camino rural ubicado a unos tres kilómetros hacia el oeste de la Ruta Provincial Nº 1, desde el lugar conocido como “Curva del Rengo López”, en zona de Campo del Medio, tumbada dentro de un desagüe pluvial, con sus ruedas hacia arriba.

 

El segundo secuestro

El raid delictivo de los prófugos comenzó a menguar pasada la medianoche del sábado 9 de enero. A la 01:30 se hicieron pasar por gendarmes para ingresar en una vivienda en la zona rural de Campo del Medio.

Allí desarman al morador que había tomado una escopeta tras escuchar ruidos en el exterior de la casa, y los reducen de pies y manos a él y a su concubina, mientras los amenazaban de muerte y se identificaban como “los que se escaparon de la cárcel”.

Los prófugos se vistieron con ropa del dueño de casa y se llevaron su camioneta Hilux para continuar su evasión. Todo esto fue denunciado ese mismo día por la pareja, una vez que lograron zafarse de sus ataduras.

 

La primera recaptura

Cerca de las 10 de la mañana de ese sábado, personal policial recorría un camino lateral en cercanías de una arrocera a la altura de la Ruta Provincial Nº 1 Km 68,  tendientes a la captura de los prófugos, se encontraron con el encargado de la Arrocera, quien les advirtió la presencia de un hombre que caminaba por la zona de forma errante.

Cuando van hasta el lugar lo detienen tras la voz de alto, y se constató que se trataba de Martín Eduardo Lanatta de 42 años de edad. Lanatta llevaba consigo un bolso con municiones de distinto calibre, cargadores de 9 mm., un par de guantes camuflados, dinero en efectivo, una agenda personal tamaño chico con anotaciones de números telefónicos varios y medicación varia, entre otros elementos.

 

La aprehensión definitiva

El lunes 11 de enero de 2016 cerca de las 8 de la mañana la policía de Santa Fe dio con Cristian Lanatta y Victor Schillacci, quienes estaban escondidos en un molino arrocero en la zona de Helvecia.

Un empleado de la arrocera se había presentado en la comisaría 5ta. de Cayastá, solicitando colaboración para verificar su lugar de trabajo para sentirse más tranquilo, ya que ese día estaba solo en todo el predio.

El personal policial le manifestó que concurrirían al lugar minutos más tarde, puesto que dicho lugar estaba previsto rastrillar en el operativo de recaptura, por lo que antes de retirarse deja autorizado al personal de TOE para ingresar al predio.

Ya en el interior del predio del Molino Arrocero, cuando iba a comenzar su trabajo sentado sobre un tractor, el trabajador vio a dos personas a pie, con armas de fuego, que le manifestaron que “estaba todo bien, que lo que querían era agua y comida y que colaborara con ellos”. Además, le preguntaron por las cámaras de seguridad del Molino, y que para qué lado quedaba Reconquista porque ellos querían ir para Paraguay. Los tres hombres fueron hasta la zona del vestuario, donde permanecieron encerrados.

Al arribar el personal de TOE, comenzaron a verificar las dependencias edilicias, y al llegar hasta un vestuario ubicado en la parte trasera del galpón del Molino, se observó a tres hombres y se les dio la voz de “alto policía”. Los uniformados reconocieron al empleado de la arrocera, lo extrajeron del lugar y redujeron a los otros dos masculinos, que se identificaron como Victor Schillacci y Cristian Lanatta.

El arsenal de los prófugos

El personal policial logró el secuestro de dos pistolas calibre 9 mm, ambas cargadas y con cartucho en recámara. Estas armas fueron secuestradas dentro del Molino Arrocero Spalleti;

Un fusil Automático Liviano (FAL) calibre 762 con cargador con un total de 21 cartuchos.

Otro con la inscripción 77, arma secuestrada en el casco de la Estancia La Fazeda ubicada sobre Ruta Provincial nº1 altura Km 62, más precisamente colgada de un árbol ubicado detrás del quincho de dicho casco de estancia, por parte de un peón de dicho campo.

Una sub ametralladora automática marca Colt calibre 9 mm con cargador colocado con capacidad para 40 cartuchos conteniendo un total de 32 cartuchos 9mm sin cartucho en recámara. Dicha arma fue secuestrada sobre el terraplén de contención de las aguas del Río San Javier, ubicado frente al Acceso al Molino Arrocero Spalleti.

Una una pistola ametralladora FMK-3 nº P.A.3D.M, calibre 9 mm, con cargador colocado con capacidad para 40 cartuchos, conteniendo un total de 31 cartuchos calibre 9 mm con numeración suprimida. Dicha arma fue secuestrada sobre el terraplén de contención de las aguas del Río San Javier, ubicado frente al Acceso al Molino Arrocero Spalleti, aproximadamente a unos 40 metros de la tranquera del acceso hasta el molino.

 

Semana de definiciones

El martes 20 cerca del mediodía se conocerá la decisión del Tribunal Oral Federal en el juicio por las agresiones y el robo sufrido por los oficiales de Gendarmería Valdez y Encinas, el 7 de enero de 2016. Por estos hechos, el fiscal general Martín Suarez Faisal requirió penas de 12 y 10 años de prisión.

El tanto, el miércoles 21 comenzará el juicio en el Palacio de Tribunales de la provincia, donde se juzgarán las privaciones de libertad y el robo de los vehículos del ingeniero, de la pareja de Campo del Medio hasta la aprehensión definitiva en la arrocera. El fiscal Estanislao Giavedoni anticipó que pedirá penas de 15 años de prisión para los tres acusados.

 

 

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