El crecimiento de Vaca Muerta no solo se mide en pozos perforados o en volúmenes de gas y petróleo, sino también en la logística que sostiene esa actividad. En ese entramado productivo, el transporte de arena se volvió un insumo central y estratégico. Desde Santa Fe, el Grupo BCA logró posicionarse como uno de los actores que acompañan ese proceso.
“Nuestra empresa es una empresa familiar, a la cual la empiezan mi hermano y mi madre hace 22 años, y al poquito tiempo me sumo yo”, contó Nicolás Cabó, integrante del Grupo BCA Santa Fe, en diálogo con el programa Milla Extra de AIRE.
La empresa comenzó vinculada al transporte regional ligado al agro, pero hace ocho años dio un giro clave: desembarcó de lleno en Vaca Muerta. “Estamos abocados al transporte de arena, que se usa para el fracking. Cuando crece la demanda de arena es porque está creciendo la exploración y la cantidad de pozos”, explicó Cabó.
Para el empresario, Vaca Muerta es un ejemplo de política de Estado: “En 15 años pasaron distintos gobiernos nacionales y provinciales y nunca se cortó el crecimiento ni se puso en duda el proyecto”, sostuvo. Esa continuidad permitió que empresas como BCA planificaran inversiones a largo plazo.
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En materia logística, el grupo comenzó transportando arena desde Entre Ríos hacia Vaca Muerta, luego sumó arena de cercanía y, desde hace un año, incorporó un nuevo eslabón clave: la llamada “última milla”.
“Empezamos a transportar arena directamente al pozo, con base propia en Añelo y una dinámica de trabajo muy distinta”, detalló.
Actualmente, el Grupo BCA cuenta con bases logísticas en Campana y en Añelo. Según Cabó, uno de los principales cuellos de botella históricos del yacimiento fue la infraestructura para evacuar gas y petróleo: “Las obras de gasoductos y oleoductos ayudaron, pero otra vez nos ponen un techo. Esas obras deben continuar y ampliarse para que Vaca Muerta, que hoy está en un 10% de su capacidad, pueda seguir creciendo”, advirtió.
La arena, remarcó, es un insumo crítico: “Cuando se está fracturando un pozo no puede quedar ni un minuto sin arena, porque corre riesgo de cerrarse. La improductividad en la industria petrolera es carísima”, explicó. En ese esquema, la logística representa la mayor parte del costo: la arena en sí equivale a un 12% del valor total, mientras que el resto es transporte y operación.
El crecimiento de la actividad expone otro desafío, que es el estado de las rutas: “Hoy la ruta está estresada y rota. El año pasado se transportaron 3,8 millones de toneladas de arena, este año se cerrará con 5,3 millones y se proyectan 7 millones para el año que viene y 12 millones para 2030”, detalló Cabó. Con las condiciones actuales, alertó, el sistema vial no soportará ese volumen.
nicolas cabo
Nicolás Cabó, integrante del Grupo BCA.
“Estamos impulsando esquemas multimodales: tren y camión, y también se evalúan opciones por vía fluvial”, explicó. El objetivo es evitar que la falta de infraestructura frene el crecimiento del sector.
Para Cabó, tanto Vaca Muerta como la minería funcionan hoy como “una burbuja positiva” dentro de la realidad productiva argentina. “Son sectores que vienen creciendo de manera sostenida. Cuando hay políticas productivas de Estado, se puede pensar a 50 años y generar desarrollo”, afirmó.
Finalmente, volvió a subrayar la importancia de planificar. “Sin arena no hay fracking y sin logística no hay arena en el pozo. Por eso es clave pensar nuevas rutas, ferrocarriles y vías navegables para que la industria no se detenga”, concluyó.
