Agostina Vincenzini es una santafesina que al finalizar la secundaria dejó su ciudad natal y se fue a estudiar Diseño Industrial a La Plata. Cuando cursaba el primer año de la carrera, conoció a una ayudante de cátedra que hacía un taller de calzado al que empezó a asistir. Mientras avanzaba en la facultad, aprendió también a hacer sus propios calzados, para ella y su familia. Hoy tiene un local en el centro santafesino y fabrica más de 300 pares de zapatos por temporada.
Tal como sucede en la mayoría de los emprendimientos, Agostina se animó a crear una marca porque la recepción de sus productos era muy buena y la gente le pedía que fabrique para llegar a más personas que sus allegados. La carrera le dio muchas herramientas en cuanto a diseño y digitalización de los productos, para saber de antemano cómo va a quedar puesto el producto final.
Decidió crear Chenzi en el 2016 en un afán por combinar el diseño industrial con la moda y por crear calzados y carteras que rompan con lo común, algo diferente a lo que se revende en otros locales. Busca crear piezas más jugadas, pero a la vez clásicas, cancheras, que van con todo.
En diálogo con Aire Digital, Agostina recordó que llegó un punto en el que pensó "me gusta lo que estoy haciendo, me gustaría dar un paso más, empezar a fabricar y tener mi propia marca”, y fue eso lo que la llevó por el camino de emprender. Manifestó que hoy Chenzi es su vida: "Estoy a full todo el tiempo, día y noche trabajando, de lunes a domingo, es 100% la dedicación al emprendimiento, es mi único trabajo, el lugar donde puedo canalizar todas mis ideas y energías", aseguró.
Sus inicios
Al principio, la gente iba a su casa a medirse el calzado, ya que no tenía un espacio físico comercial propio. Luego pudo poner un showroom en La Plata y comenzó a mandar a fabricar en talleres, a una escala un poco más grande que la que podía hacer ella con sus manos. Además, incorporó otros productos como camperas de cuero, carteras y cintos.
Pasado unos meses, llegó un punto en el que aumentaron los encargues, los pedidos mayoristas, y la escala de producción que tenía era muy chica. Ese fue el puntapié para dar un paso más y apostar a un modelo de negocios y una escala de producción más grande. Pero antes, un pico de estrés hizo que tenga que parar por un momento en tanto auge de crecimiento, para observar la manera en que estaba trabajando: "Miré todo desde afuera, con otra perspectiva, y fue ahí que decidí abrir un local en Santa Fe".
En agosto de 2018 abrió un negocio ubicado en Corrientes al 2600, en pleno centro santafesino, y pudo comenzar con la escala de producción a la había apuntado antes de su problema de salud. Empezó a generar más cantidad, ya en fábricas y no en talleres, y así fue creciendo poco a poco. No tardaron en llegar también contactos o propuestas para hacer fotos con modelos, canjes, producciones, participó en ferias en La Plata y en la Diseña Santa Fe.
Consultada acerca de porqué decidió abrir en Santa Fe su primer local, explicó que cuando participó en varias ferias de su ciudad natal, notó que la gente le compraba más en Santa Fe que en Buenos Aires y que faltaba este tipo de productos en la localidad, que sean zapatos de diseño y no de reventa. “Vi un terreno más fértil, un mercado para explotar ya que en Buenos Aires hay más variedad de diseñadores y emprendedores de este tipo de productos, y acá era más novedoso”, aseguró.
Justo antes de la pandemia tenía en mente abrir su segundo local en Buenos Aires, ya que la mayoría de los clientes que compran online son de dicha localidad. “Es el próximo paso que me gustaría dar, además de empezar a exportar mis productos al exterior”, aseveró. Por otra parte, la joven vive en La Plata, aunque actualmente está en la ciudad porque pasó la cuarentena con su familia. “Vivo en todos lados”, bromeó. En Buenos Aires hace el diseño de los productos, producción, proveedores, y luego envía los productos para acá.
Una persona fundamental en el emprendimiento es Cintia, su mamá, que se encarga del local cuando ella está en La Plata, y además se hace cargo de la parte contable y administrativa, “es como mi otro yo en la ciudad, me ayuda a full”, explicó la joven y agregó: "Al principio cuando trabajaba con talleres y tenía un showroom muy chiquito estaba muy desorganizado, ahora con el equipo que logramos formar nos organizamos re bien y de a poco vamos sumando más gente".
La joven asegura que delegar es un aspecto muy importante de emprender. "Al principio uno quiere hacer todo, pero si querés realmente dar un paso y seguir creciendo tenés que delegar ciertas tareas, porque sino es imposible", manifestó.
Animarse
Expresó que si podría darle un consejo a otro emprendedor, sería que "se anime, que emprender es difícil, que uno a veces se frustra o siente que no puede, pero que nunca bajen los brazos y cuando sientan que no pueden, es el momento en que más hay que seguir".
Además agregó que "ahora que con toda la pandemia uno se plantea y se cuestiona seguir o no, y creo que esto también es una oportunidad, porque por ejemplo podés renegociar alquileres, o las fábricas que necesitan trabajar exigen mínimos más bajos. Si uno lo sabe aprovechar, es una oportunidad", concluyó.