La semana pasada, Wanda Nara emitió un breve comunicado en las redes sociales para contarles a sus seguidores que se había separado de Mauro Icardi, con quien se casó en 2014. “Me resulta muy doloroso vivir este momento. Pero dada mi exposición y las cosas que están trascendiendo y las especulaciones mediáticas es preferible que lo sepan por mí. No tengo más nada que aclarar y no voy a dar ningún tipo de detalle sobre esta separación. Por favor pido que puedan entender no solo por mí, también por nuestros hijos”, expuso en una historia de Instagram.
El futbolista, que horas antes había negado cualquier tipo de crisis con la empresaria, optó por el silencio hasta que fingió viajar a Madrid, donde se encuentra la China Suárez. Tras compartir una foto donde se veía el Aeropuerto de Barajas, la rubia le escribió inmediatamente preguntándole dónde estaba, y él la escrachó.
“¿Ahora me querésmanejar la vida de separado también?”, disparó enojado, y ella arremetió: “Porque sos mentiroso, de casado y de soltero. ¿No me querés decir? Ok, peor para vos”. Sorprendido por las palabras de Wanda, Icardi reconoció que ella es muy tóxica. “Tóxica nivel 1000. ¿En qué quedamos, gordi?”, le consultó.
En Turquía, donde el futbolista empezó una nueva etapa deportiva tras incorporarse al Galatasaray, la separación acaparó las principales revistas del corazón. Algo parecido había ocurrido cuando estalló el Wandagate. En París comenzó a circular que en el vestuario del PSG no querían saber nada con Icardi por sus escándalos maritales y casi un año después le dijeron que ya no contarían con él.
Esta semana, la modelo volverá a Estambul para reencontrarse con sus cinco hijos y su ahora exmarido, que no entiende por qué ella se comporta de esta manera cada vez que viaja a la Argentina por trabajo.
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