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Jorgelina Hiba | Crisis climática |

Crisis climática: la acción humana "está generando estragos en el planeta"

El último gran reporte de los científicos del clima alerta sobre el achicamiento del margen de acción para evitar mayores daños socioambientales por un clima extremo.

La acción humana, más que nada la explotación y uso de combustibles fósiles y los cambios en el uso del suelo para ganadería y agricultura, están en el origen del calentamiento global. El planeta está hoy 1,1 grados más caliente que antes de la Era Industrial y el margen de acción para evitar sobrepasar los 1,5 grados -el umbral que impone el Acuerdo de Paris– es cada vez más estrecho.

Así se desprende del “Informe de Síntesis” presentado esta semana sobre la base de las evaluaciones producidas por el IPCC, el panel de expertos del clima de Naciones Unidas, que ratificó que las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) “son el resultado de las emisiones históricas y actuales desiguales del uso insostenible de la energía, el uso de la tierra y el cambio en el uso de la tierra, los estilos de vida y los patrones de consumo y producción”.

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Esta vez, el panel de científicos puso especial atención en remarcar la desigualdad a la hora de ver las responsabilidades del calentamiento global: según el reporte, el 10% de los hogares con las emisiones más altas por persona contribuyen con entre el 34 y el 45% de todas las emisiones de los hogares, mientras que el 50% inferior contribuye con apenas el 15%.

Números negros

Los científicos del clima destacaron que la temperatura global de la superficie terrestre ha aumentado más rápido desde 1970 “que en cualquier otro período de 50 años en los últimos 2.000 años”. En 2019, el año previo a la pandemia, las concentraciones de dióxido de carbono (CO2, emanado por la quema de combustibles fósiles) en la atmósfera fueron las más altas de al menos los 2 últimos millones de años, mientras que las concentraciones de metano y óxido nitroso (más asociadas a los cambios de uso del suelo) fueron más altas que en cualquier momento de los últimos 800 mil años.

La evidencia es clarísima y así lo repitieron los expertos: el uso de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) “está impulsando abrumadoramente el calentamiento global”. Se estima que alrededor del 79% de las emisiones globales viene de la energía, la industria, el transporte y los edificios, mientras que un 22% se explica por los modelos agroindustriales de agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra.

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El uso de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) “está impulsando abrumadoramente el calentamiento global”, aseguran los expertos.

El uso de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) “está impulsando abrumadoramente el calentamiento global”, aseguran los expertos.

Por otra parte, lo hecho hasta ahora no alcanza para cambiar la tendencia de las emisiones contaminantes: “las reducciones de las emisiones de CO2 de las medidas de eficiencia se ven empequeñecidas por el aumento de las emisiones en múltiples sectores”, dice el trabajo.

Desigualdad, palabra clave

El cambio climático está causando estragos, pero algunas personas y lugares se ven más afectados. Así como no todas las personas ni todos los países tienen la misma responsabilidad en la generación de este problema, tampoco todos padecen sus consecuencias de igual forma. “Las comunidades vulnerables, que históricamente son las que menos han contribuido al cambio climático, se están viendo afectadas de forma desproporcionada” señalaron los especialistas, que agregaron que hay alrededor de 3.300 millones de personas que viven en contextos altamente vulnerables al cambio climático con hasta 15 veces más probabilidades de morir por inundaciones, sequías y tormentas.

Los impactos son también duros en los ecosistemas, que ya están sufriendo daños a medida que aumentan las temperaturas, lo que provoca la muerte masiva de especies en tierra y en el océano. Los científicos del IPCC recordaron que algunos ecosistemas “se acercan a un punto de no retorno, causado por impactos como el retroceso de los glaciares y el deshielo del permafrost ártico”.

Impactos sociales

Una dimensión clave del calentamiento del planeta son los impactos sociales que genera, ya que -por ejemplo- reduce la seguridad alimentaria y el acceso seguro al agua. Por otra parte, los eventos de calor extremo como los que gran parte de Argentina atravesó durante las tres primeras semanas de marzo aumentan las tasas de mortalidad y enfermedades.

El incremento de las temperaturas, el trauma de los eventos extremos y las pérdidas de medios de vida y cultura están llevando a desafíos de salud mental” dicen los expertos, para quienes además el clima extremo “está impulsando desplazamientos en África, Asia, América del Norte y América Central y del Sur, con pequeños Estados insulares en el Caribe y el Pacífico Sur que se ven afectados de manera desproporcionada”. Estos impactos climáticos son generalizados y están causando, además, severos daños económicos.

Hoja de ruta

La evidencia científica es muy clara: para limitar el calentamiento global causado por el ser humano, hace falta llegar a cero emisiones netas de CO2. “Cuanto antes se reduzcan las emisiones en esta década, mayor será la probabilidad de limitar el calentamiento a 1,5°C o 2°C” señala el reporte.

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Al mismo tiempo, es necesario reducir otras emisiones, como las de metano y otros GEI: “Ya no es posible cumplir con los objetivos de temperatura de París sin emisiones negativas, pero los enfoques deben usarse con cuidado y representar solo una pequeña parte de la solución”. Es que algunas emisiones residuales de GEI son difíciles de reducir, como algunas relacionadas con la agricultura, la aviación, el transporte marítimo y los procesos industriales.

Para compensar esas emisiones, hay que avanzar con estrategias de origen natural como la reforestación, la mejora de la gestión forestal, el secuestro de carbono del suelo, la restauración de las turberas y la gestión del carbono azul costero. Todo esto, bien ejecutado, puede ayudar a mejorar la biodiversidad y las funciones de los ecosistemas, el empleo y los medios de vida locales.