Más de 1.300 personas murieron y otras miles resultaron heridas como consecuencia de un sismo de magnitud 7,8 que sacudió esta madrugada el sureste de Turquía y el norte Siria, que causó el colapso de varios edificios, según los primeros informes oficiales.
El terremoto dejó al menos 1.500 muertos y más de 5.000 heridos en Turquía y provocó el derrumbe de unos 2.818 edificios, por lo que no se descarta que el número de víctimas aumente.
En la vecina Siria, en tanto, el potente terremoto causó al menos 326 muertos y 1.042 heridos en la zonas sirias controladas por el gobierno.
En las regiones en manos de los rebeldes, cerca de Turquía, son los Cascos Blancos --socorristas que se movilizan en esas zonas-- quienes contabilizan las víctimas.
Los Cascos Blancos dijeron que la situación era "catastrófica" y llamaron a las organizaciones humanitarias internacionales a "intervenir rápidamente" para ayudar a la población local.
El temblor se sintió a las 4.17 (23.17 hora argentina) y se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El epicentro se situó en el sureste de Turquía, a unos 60 km de la frontera siria.
El movimiento telúrico se sintió también en el Líbano y Chipre.
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