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Durante una comunicación bilateral, Biden y Lula expresaron su preocupación por la transparencia del proceso electoral venezolano, instando a las autoridades electorales a liberar detalles completos y transparentes de las votaciones.
Según declaraciones de la Casa Blanca, ambos líderes están comprometidos a mantener una coordinación estrecha respecto a la situación, enfatizando la importancia crítica de este momento para la democracia en el hemisferio.
Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, alineado con el oficialismo, confirmó la reelección de Maduro, decisión que fue ampliamente cuestionada. Lula, por su parte, sugiere que cualquier disputa debe resolverse a través de los mecanismos legales, poniendo énfasis en la necesidad de revisar las actas para clarificar cualquier duda.
En respuesta, Maduro acusó a Estados Unidos de promover un golpe de Estado en Venezuela, denunciando la interferencia en los asuntos internos de su país y describiendo las elecciones como un campo de batalla contra lo que él llama fuerzas fascistas apoyadas por el narcotráfico colombiano y los intereses estadounidenses.
Este escenario plantea un desafío significativo para la comunidad internacional, que observa de cerca la evolución de los acontecimientos en Venezuela, esperando que la transparencia y la justicia prevalezcan para preservar la estabilidad y la democracia en la región.
