Un gesto de amor y apego
Para los especialistas en conducta animal, lamer es una de las formas más directas que tienen los perros de expresar cariño. Es su manera de reforzar el vínculo con su humano, casi como si fueran “besos” perrunos. “Para ellos es un gesto de apego, similar a los besos entre personas”, explican los etólogos.
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Pero no todo es amor: el sabor salado del sudor también les resulta atractivo. Muchos perros encuentran en los pies una fuente de estímulo sensorial, por lo que el lamido puede ser simplemente una cuestión de gusto.
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Cada cuánto hay que bañar a un perro.
Comunicación y curiosidad: así “leen” tu día
Los perros exploran el mundo a través del olfato y el gusto. Por eso, lamer tus pies puede ser su forma de “leer” dónde estuviste o qué hiciste durante el día. Es una manera de recolectar información y entender mejor su entorno.
Además, si alguna vez reaccionaste con risas, caricias o palabras cuando tu perro te lamió los pies, es probable que él haya aprendido que así consigue tu atención. Si descubren que el lamido genera una respuesta inmediata, suelen repetir la conducta.
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¿Cuándo hay que preocuparse?
Aunque en la mayoría de los casos este hábito es inofensivo, los veterinarios advierten que hay que estar atentos si el lamido se vuelve excesivo o compulsivo. Si tu perro no puede parar, o si la conducta interfiere en la vida diaria, puede ser una señal de ansiedad o aburrimiento.
También es importante prestar atención si aparecen enrojecimientos, heridas o mal olor en sus patas o en tu piel. En esos casos, lo mejor es consultar a un veterinario para descartar problemas médicos o dermatológicos.
¿Cómo manejarlo si te incomoda?
Si el lamido de pies te resulta incómodo, los especialistas recomiendan redirigir la conducta con juguetes, reforzar la higiene y asegurarte de que tu perro tenga suficiente ejercicio y estimulación mental. Así, tu mascota canaliza su energía de manera saludable y el hábito deja de ser un problema.
En definitiva, que tu perro te lama los pies es una oportunidad para entenderlo mejor y fortalecer el vínculo. Detrás de ese gesto curioso, hay mucho más que una simple costumbre.