Octubre ofrece las condiciones ideales para comenzar una huerta. Tres especies se destacan como las mejores opciones para lograr cosechas rápidas y un jardín lleno de vida.
Sembrar en octubre permite aprovechar al máximo la energía de la primavera.
Expertos en jardinería destacan que elegir las especies correctas puede marcar la diferencia entre una cosecha exitosa y un intento fallido. Entre las opciones más recomendadas aparecen el tomate, la albahaca y el girasol.
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El tomate necesita calor, sol constante y un riego moderado. Sembrado en octubre, comienza a dar frutos entre diciembre y enero, aunque existen variedades de crecimiento rápido que permiten disfrutar de una cosecha temprana.
La albahaca se adapta perfectamente a la estación. Crece velozmente y puede cosecharse entre 6 y 8 semanas después de la siembra. Requiere sol directo, calor y un suelo bien drenado. Además de su aroma fresco, aporta sabor a ensaladas, pastas y otras comidas caseras.
El girasol, por su parte, ofrece un doble beneficio: embellece el jardín con sus flores amarillas y brinda semillas comestibles. Sus variedades productivas entregan frutos en un plazo de 90 a 120 días, siempre que cuenten con abundante sol y espacio para desarrollarse.
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Sembrar en octubre se convierte así en una apuesta segura para quienes desean resultados rápidos y un entorno verde que florezca con toda la energía de la primavera.
