Cuando llega el calor muchas plantas sufren, pero hay una especie que no solo resiste, sino que se luce como nunca: la portulaca, conocida también como flor de seda. Es la elegida de quienes quieren un jardín, balcón o terraza lleno de flores vibrantes, sin complicarse con cuidados intensivos.
Por qué la portulaca es la mejor opción para el verano
A diferencia de otras plantas que se marchitan bajo el sol del mediodía, la portulaca ama el calor. Cuanto más sol recibe, más flores produce. Por eso, es ideal para canteros, macetas bajas, jardines secos y rincones sin sombra.
Sembrada en diciembre, germina en pocos días y crece rapidísimo. En cuestión de semanas, forma una alfombra verde que se cubre de flores grandes y coloridas cada mañana. Viene en tonos rosa, fucsia, rojo, amarillo, naranja, blanco y hasta combinaciones bicolor, así que con muy poco trabajo podés lograr un jardín explosivo de color desde el principio del verano.
Además, es una planta suculenta: requiere de poco riego porque almacena agua en sus hojas. Perfecta si tenés poco tiempo, vivís en zonas de mucho calor o tus macetas se secan rápido. Solo necesita que el sustrato se seque bien entre riegos.
Cómo sembrar portulaca en diciembre: el paso a paso
Elegí un lugar con sol directo (mínimo 6 horas al día).
Usá sustrato liviano, idealmente arenoso o con perlita.
Esparcí las semillas sobre la superficie, sin enterrarlas demasiado.
Pulverizá agua para humedecer, pero sin encharcar.