La planta con flores violetas que crece desde noviembre hasta el otoño sin marchitarse
Resiste el sol intenso, florece durante meses y no exige cuidados complejos. Ideal para quienes buscan color constante en el jardín o en macetas sin preocuparse por el calor.
El secreto de una flor que no se rinde al calor ni al paso del tiempo.
En los meses más calurosos, muchas plantas se marchitan antes de tiempo. Sin embargo, hay una especie que desafía el verano y mantiene sus flores violetas desde noviembre hasta el otoño: la Echinacea purpúrea, también conocida como rudbeckia púrpura.
Una especie ideal para quienes buscan flores duraderas y fáciles de cuidar
Originaria de América del Norte, esta planta perenne se adaptó muy bien al clima argentino. Su floración abundante y prolongada la convierte en una de las preferidas para dar color a patios, balcones y jardines soleados.
La Echinacea es una planta fuerte y versátil. Tolera temperaturas de más de 35 °C y puede crecer tanto en canteros como en macetas grandes. Prefiere el sol directo y los suelos bien drenados, pero también soporta la media sombra.
Sus flores, de tonos violetas y centro anaranjado, atraen mariposas y abejas, lo que ayuda a mantener el equilibrio natural del jardín. Además, es una planta que vuelve a florecer cada año con muy poco mantenimiento.
Echinacea (Rudbeckia púrpura)
Las flores violetas de la Echinacea se abren con el calor y se mantienen firmes durante toda la temporada.
Cuidados básicos y riego ideal
Aunque es resistente, algunos cuidados simples pueden hacer que su floración dure aún más. Conviene regarla cada dos o tres días durante el verano, evitando el exceso de agua. En días muy calurosos, lo mejor es hacerlo temprano en la mañana o al atardecer.
También se recomienda retirar las flores secas para estimular nuevos brotes. Con ese pequeño gesto, la planta seguirá floreciendo durante toda la temporada.
rudbeckia purpurea (3)
Rústica y resistente, la Echinacea vuelve a florecer cada año sin necesidad de grandes cuidados.
Una opción duradera para todo el verano
La Echinacea no solo aporta color, sino también textura y volumen al jardín. Combina muy bien con otras flores estivales y es perfecta para quienes buscan un espacio lleno de vida con bajo mantenimiento.
Gracias a su rusticidad, su floración prolongada y su encanto natural, esta planta se convirtió en una de las favoritas para quienes quieren disfrutar de un jardín colorido hasta bien entrado el otoño.