Murió Brigitte Bardot, ícono del cine francés y referente mundial del activismo animal. Su fundación confirmó la noticia y repasó su legado.
Brigitte Bardot fue una de las grandes figuras del cine europeo y un ícono cultural del siglo XX.
Brigitte Bardot, una de las figuras más emblemáticas del cine francés y referente global del activismo animalista, falleció este domingo a los 91 años, según confirmó la Fundación Brigitte Bardot en un comunicado oficial emitido este 28 de diciembre de 2025.
Nacida en París en 1934, Bardot se convirtió en un ícono cultural internacional durante las décadas de 1950 y 1960. Su ascenso a la fama se consolidó con el papel protagónico en …Y Dios creó a la mujer (1956), dirigido por Roger Vadim, película que la consagró como símbolo de sensualidad y libertad en el cine europeo. Con una carrera que abarcó casi dos décadas, participó en más de 45 películas y dejó una marca indeleble en la historia del séptimo arte.
Además de su trabajo cinematográfico, Bardot incursionó en la música, grabando más de 70 canciones y colaborando con artistas como Serge Gainsbourg. Sin embargo, fue su compromiso con la defensa de los animales lo que marcó la segunda mitad de su vida pública.
En 1973, a los 39 años, Bardot decidió retirarse del cine. Argumentó que la fama se había convertido en una “prisión dorada” y optó por dedicar su tiempo y energía a causas que consideraba fundamentales. Su activismo comenzó mucho antes de su retiro formal: ya en 1962, denunciaba públicamente las condiciones de sacrificio de animales en Francia, anticipándose a las preocupaciones modernas sobre bienestar animal.
En 1986 fundó en Saint-Tropez la Fundación Brigitte Bardot, destinada a la protección y el bienestar animal. La organización, reconocida como de utilidad pública en Francia desde 1992, se centró en combatir el maltrato, la experimentación, la caza furtiva y otros abusos contra los animales. Bajo su liderazgo, la fundación impulsó campañas internacionales, generó conciencia pública y presionó para cambios legislativos en diversos países.
La fundación también extendió su alcance global a través de iniciativas que incluyeron refugios, campañas contra la caza de focas y esfuerzos para sufragar leyes más estrictas sobre el trato animal. Bardot financió gran parte de esta labor vendiendo artículos personales de su carrera cinematográfica, como joyas y recuerdos del cine, para sostener la obra de la fundación.
Si bien es indiscutible su legado como defensora de los animales, la vida de Bardot también estuvo marcada por posturas políticas polémicas en sus últimos años. Sus declaraciones públicas sobre inmigración y algunos rituales culturales provocaron condenas judiciales en Francia por incitación al odio racial, y generaron debates en torno a su figura en diversos sectores de la sociedad.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, rindió homenaje a Bardot calificándola de “leyenda del siglo”, destacando su impacto tanto en el cine como en la defensa animal.
Con su muerte, el mundo recuerda a Brigitte Bardot como una mujer que trascendió las fronteras del cine para convertirse en activista comprometida con los derechos de los animales, influyendo en generaciones y dejando una huella imborrable en la cultura popular y en la lucha por el bienestar animal.
Brigitte Bardot protagonizó más de 40 películas y se convirtió en una de las grandes figuras del cine europeo de las décadas del 50 y 60. Su consagración internacional llegó con Y Dios creó a la mujer (1956), dirigida por Roger Vadim, que la transformó en un símbolo de sensualidad y libertad femenina.
Entre sus títulos más recordados también se encuentran La verdad (1960), de Henri-Georges Clouzot; El desprecio (1963), de Jean-Luc Godard; Viva María! (1965), junto a Jeanne Moreau; y Shalako (1968), que marcó una de sus últimas apariciones relevantes en el cine.
A los 39 años decidió retirarse definitivamente de la actuación para dedicar su vida a la defensa de los animales, alejándose por completo del ambiente artístico y mediático.
La vida sentimental de Brigitte Bardot fue tan conocida como su carrera artística y ocupó durante años las portadas de la prensa internacional. Estuvo casada en cuatro oportunidades, la primera con el director Roger Vadim, quien impulsó su debut cinematográfico y fue clave en su proyección internacional.
Luego se casó con el actor Jacques Charrier, con quien tuvo a su único hijo, Nicolas. Más tarde contrajo matrimonio con el millonario alemán Gunter Sachs, una de las relaciones más mediáticas de su vida, y finalmente con Bernard d’Ormale, con quien permaneció unida durante décadas.
Además de sus matrimonios, mantuvo romances muy comentados con figuras del cine y la música, como Jean-Louis Trintignant y Serge Gainsbourg, con quien compartió una estrecha relación artística y personal.
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