Desde muy joven, Leticia Brédice estuvo expuesta a los mandatos estéticos de la industria del espectáculo. Invitada a la mesa de La noche de Mirtha, la actriz se sinceró sobre los complejos que sufrió con su cuerpo y reveló el impacto negativo que tuvo en su vida el consumo de anfetaminas, una droga estimulante que afectó su salud física y emocional.
Brédice recordó que al comenzar su carrera recibió mensajes contundentes sobre cómo debía verse para ser aceptada. “Las actrices no son gordas”, fue una de las frases que la marcó y que, con el tiempo, profundizó su inseguridad corporal.
Leticia Brédice habló de la presión estética y el inicio del consumo de drogas
Durante la charla, la actriz relató situaciones extremas que atravesó a raíz de esa exigencia constante. “Me metía a la pileta con remera. Me crecía el pecho y yo quería ser un varón. Quería aplastármelo”, confesó, al describir el rechazo que sentía hacia su propio cuerpo.
En ese contexto, habló con una prima médica y comenzó a consumir anfetaminas, un grupo de fármacos que actúan como estimulantes del sistema nervioso central y que en ese momento se utilizaban para bajar de peso.
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El impacto de las anfetaminas en su salud
Leticia explicó que el consumo no solo modificó su peso, sino que le generó consecuencias mucho más profundas. “Me lastimó la salud emocional, el sistema nervioso y la concentración”, aseguró.
Además, relató cómo el trastorno alimentario se volvió evidente en su entorno familiar: “Mi mamá me preguntaba por qué no comía. Yo tiraba la comida. Quería estar todo el tiempo flaca para ser aceptada”, dijo, dando cuenta del nivel de daño que le provocó la droga.
Por qué decidió dejar las drogas
El punto de quiebre llegó cuando tomó conciencia del riesgo real que implicaba ese consumo. “Las dejé cuando me enteré de que se murió una mujer, que las mujeres se morían”, reveló Brédice. A eso se sumó el retiro del mercado legal de estas sustancias, lo que terminó de alertarla.
Con el paso del tiempo, la actriz aseguró haber cambiado su mirada sobre el cuerpo y la belleza. Comprendió que la salud mental y emocional es mucho más importante que cumplir con estándares estéticos impuestos. “El cuerpo es algo pasajero”, reflexionó, dejando un mensaje claro sobre los peligros del consumo de drogas para encajar en modelos irreales.