Gran Hermano suele abrir puertas para que muchos participantes consigan trabajos en los medios o comiencen a vivir de las redes. Sin embargo, no todos logran sostener esa exposición. Katia “La Tana” Fenocchio enfrenta un panorama muy distinto y confesó que no le alcanza la plata para llegar a fin de mes, por lo que decidió volver a trabajar como delivery.
El mal momento que vive "La Tana" tras su paso por Gran Hermano
En el streaming Se picó (YouTube), la mediática fue directa: "Está duro, está difícil. Re complicado, mal", sostuvo ante la consulta por su presente.
Katia explicó que no encontró otra opción y retomó la misma actividad que tenía antes de entrar al programa de Santiago del Moro. “Estoy desocupada, no están saliendo laburos”, señaló para describir su realidad laboral.
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Antes de entrar a la casa de Gran Hermano, Katia Fenocchio se dedicaba al delivery.
También contó que arrastra deudas porque intentó vivir de la venta de ropa y no consiguió sostener el negocio. Incluso invirtió una suma importante para crear su propio canal de streaming, pero ese proyecto profundizó sus problemas económicos.
Preocupada, sumó: "Ahora hay que pagar las tarjetas, que están al rojo vivo. Porque esa es una inversión y no es algo que te va a dar plata al toque". Luego habló de su novio y destacó el apoyo que recibe: “Si no fuese por mi novio, no sé qué haría. Él me está pagando el alquiler”.
Después de confirmar que volvió a trabajar de delivery, reveló otra dificultad: “Ahora le debo 80 lucas a la aplicación”, dijo al mencionar un episodio reciente. Según relató, un amigo la acompañó porque no se animaba a hacer repartos sola desde que se volvió conocida. Allí ocurrió el incidente que agravó su deuda.
“Cuando él me dio el pedido de la mochila, se nos cayó al piso. Era sushi, la clienta vio la situación y se fue a su casa, nunca me abrió la puerta. Yo no me iba a poner a discutir porque iba a terminar perdiendo yo, que quedo expuesta", añadió.
Katia intentó resolver el problema, pero no tuvo resultados. “Fui al local a devolverlo, pero me lo cobraron igual porque no lo podían vender. En soporte tuve que poner que lo iba a devolver, pero no me atendía nadie”, dijo. Finalmente, llevó el pedido a su casa y remató la anécdota con humor: “Encima no como sushi porque no me gusta”.
La mediática cerró su relato con la suma de complicaciones que enfrenta: "Debo 80 mil pesos a la aplicación. Porque tenía dos pedidos pero si no entregás el primero, no te habilita el segundo… Entonces, me tuve que quedar con esas dos hamburguesas y quedé debiéndole a la aplicación. Salí a gastar tiempo, plata y me re angustié", concluyó.