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Espectáculos

Coca Sarli: bella y desnuda, escandalizó la pantalla y se volvió un ícono erótico de su época

Famosa por mostrar lo prohibido en los años 60 y 70, Isabel “Coca” Sarli, dejó una huella imborrable en los ojos de las generaciones que crecieron viendo sus películas eróticas.

Redacción Aire Digital

Isabel “Coca” Sarli fue un icono erótico argentino. En las películas de su pareja Armando Bo aparecía siempre desnuda: en la ducha, en las cataratas, bañándose en las playas, tirada en el pasto, bajándose el escote, enseñando los pechos, siendo abusada por decenas de hombres o golpeada por su marido, la actriz se convirtió en un ícono del deseo sexual en todo el mundo. Sus películas, en donde se la ve literalmente desnuda acariciando su cuerpo con un jabón, se popularizaron en países como México, Estados Unidos y Japón.

“Me habían bautizado ‘la higiénica’ porque siempre aparecía bañándome”, declaró ella en una oportunidad.

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La actriz escandalizó la pantalla en los 60 y 70 por mostrar su cuerpo completamente desnudo en Desnuda en la Arena, o incluso por participar de un romance gay en la película Fuego.

A continuación, te mostramos algunos momentos calientes de la diosa en la pantalla.

En La Mujer de mi Padre (1968), la Coca se exhibía bailando incansablemente, deleitando a todos los hombres del burdel del pueblo en el filme.

En la película Fiebre (1971), escandalizaba al público cuando en el guión le dijeron: “Alguien dijo, dale a tu mujer riquezas y placeres y te engañará, ofrécele en cambio pobreza y privaciones pero satisfácela sexualmente y será tu esclava”. Una frase polémica que exponía el pensamiento de la época.

En Carne (su primer película en 1968) la Coca lanzaba la popular frase “¿Qué pretende de mí?” que formaría parte luego de un comercial.

En Fuego (1969) Alba Mujica y la Coca Sarli mantenían una conversación en donde le Mujica le decía a la diva: “Eres insaciable, tus ansias no tienen fin”.

Una de las escenas más calientes sucedía en La Tentación Desnuda, en donde la Coca aparecía bañándose en una choza, pasándose el jabón en su cuerpo desnudo, exhibido completamente, mientras era observada por un hombre.

En ese momento, el escándalo era “agradable a los ojos” ya que generaba de qué hablar por su exuberante cuerpo y la forma de exhibirse en situaciones que hoy entendemos como cosificantes. Las escenas, si bien eran estéticamente agradables (como en Éxtasis Tropical en 1969) en la mayoría de los casos, presentaban situaciones de extrema violencia simbólica.

En una oportunidad, la Coca le contó a Nicolás Repetto en Sábado Bus, cuál era la reacción del público en esa época.

De todos modos, nadie podrá negar nunca la belleza de Coca que, para deleite del público, deja una marca imborrable en la retina de todos los espectadores que la presumen en el mundo como la diosa argentina de carnes pampeanas.

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