El 52% de los alumnos de las escuelas secundarias de la provincia de Santa Fe adeuda materias. En números concretos se trata de 134.000 chicos, de los cuales 74.000 adeudaron cuatro o más asignaturas en el ciclo lectivo 2023.
Las cifras surgen de un informe presentado por el ministro de Educación, José Goity, y su equipo de trabajo, quienes resaltaron además que la política de Avance Continuo implementada el año pasado y derogada por el gobernador Maximiliano Pullaro al inicio de su gestión, no permitió mejorar la trayectoria de los estudiantes.
Sobre este relevamiento y las causas de la problemáticas que expone, AIRE dialogó con Ana María Borzone, doctora en Filosofía y Letras egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigadora principal del Conicet especializada en procesos de alfabetización y una voz muy crítica de la realidad educativa argentina.
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Esconder la basura bajo la alfombra en educación
Sobre la implementación de los programas de no repitencia, sus causas y su relación con las cifras expuestas en el informe de la cartera educativa, Borzone aseguró: “Hace más de 20 años que el sistema educativo está escondiendo la basura debajo de la alfombra".
En este sentido, indicó que "se dejó de enseñar en forma sistemática a leer y escribir y se implantó una metodología global de enseñanza que ya en 1967 había sido desechada porque generaba retrasos en el aprendizaje".
"A pesar de eso -siguió-, o desconociendo este dato, se implantó e incluso se obligó a los docentes a que utilicen este método que no enseña las correspondencias entre sonidos y letras, el principio alfabético de nuestro sistema. Al no enseñar esas correspondencias, los chicos dejan de aprender a leer y escribir, o tienen muchas dificultades para hacerlo”.
La investigadora explicó que esta situación expone a alumnos y docentes a dos “estafas” del sistema. En primer lugar, apunta a la creación de la unidad pedagógica, según la cual el proceso de adquisición de la lectoescritura puede extenderse hasta tercer grado.
“Las investigaciones muestran que, por las características del idioma español, este se puede aprender a leer y escribir en cuatro o cinco meses, siempre con una buena metodología y el trabajo intensivo y sistemático del docente. Esto se puede dar, incluso, en el jardín de infantes”, asegura.
Como consecuencia inmediata y directa de no saber leer ni escribir, los chicos no pueden incorporar nuevos conocimientos.
“En lugar de asumir el error, el sistema empezó a instrumentar la promoción automática. Los alumnos pasan de grado, aunque no entiendan y esto es una bola de nieve, porque cuanto menos saben, menos pueden aprender", explicó.
Y añadió: "Esa bola explota en el secundario donde tienen que aprender distintas disciplinas. Si no leen y no comprenden los textos, que es lo que todas las evaluaciones nos muestran, no pueden cursar las materias. Ahí es cuando se da la segunda estafa, cuando se mete la basura debajo de la alfombra, cuando se plantea la no repitencia”.
“Al sistema -agrega- lo único que le interesa es mostrar que los estudiantes siguen incluidos en él. Pero ellos abandonan igual porque no pueden aprender en un sistema que les demanda habilidades que no tienen. El sistema educativo está dañando la vida de los alumnos e hipotecando su futuro. ¿Qué perspectiva pueden tener chicos analfabetos en el siglo XXI?”.
Recuperar el tiempo perdido en educación
Para Borzone los cambios importantes y urgentes en educación requieren decisión política, ya que se necesitan muchos recursos para poder revertir una situación que, lejos de ser nueva, se comenzó a gestar muchos años atrás.
Según su punto de vista, recuperar la escuela pública, laica y gratuita, que da oportunidades para formarse y para llegar a la universidad es una prioridad y un objetivo ineludible.
“Actualmente, aunque los chicos entran a la universidad, abandonan porque es imposible estudiar sin poder leer y comprender un texto. Este es también un problema muy serio a la hora de incorporarse al mundo del trabajo”, asegura.
Ante este panorama cabe preguntarse qué posibilidades se presentan para cambiar la trayectoria de los estudiantes que presentan dificultades en la escuela secundaria. Por su parte, el gobierno de Santa Fe dispuso, a partir del 1º de febrero, un período de intensificación para los alumnos que adeudan materias.
Para la especialista no todo está perdido y hay formas de recuperar el tiempo que no se aprovechó en los primeros años de la alfabetización: “Se puede, no va a ser lo mismo, porque el desarrollo cognitivo se produce justamente durante estos años. La lectoescritura es el instrumento básico de la escuela que permite comprender un texto, aprender a relacionar ese nuevo contenido con otros, retenerlo en la memoria y, finalmente, poder utilizar esa información en otros contextos. De eso se trata el aprendizaje", explica.
Y sigue: "En la secundaria el único camino que veo posible es que los docentes enseñen comprensión en base al trabajo con los textos de cada materia. Los profesores van a tener que transformarse un poco en maestros de nivel primario, no hay otra salida”.
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