Esos promedios, como suele sucede habitualmente, reflejan situaciones muy disímiles, a tal punto que sin contar el agro –beneficiado en la comparación por la sequía de 2023– la actividad cayó más del 5%.
En relación a mayo de 2023, seis sectores de actividad que conforman el Estimador Mensual de Actividad Económica registraron subas, entre los que se destacan Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+103,3%) y Electricidad, gas y agua (+11%).
El sector Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (+103,3%) fue, a su vez, el de mayor incidencia positiva en la variación interanual del EMAE, seguido por Explotación de minas y canteras (+7,6%).
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Por su parte, nueve sectores de actividad registraron caídas en la comparación interanual, entre los que se destacan Construcción (-22,1%) e Industria manufacturera (-14,2%).
“Junto con Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-11,41%) le restan 4,6 puntos porcentuales al crecimiento interanual del EMAE”, especifica el informe del Indec.
Así, la recuperación del agro sigue explicando buena parte del crecimiento anual magnificado en la comparación interanual por los efectos adversos de la sequía del año pasado, que aportó casi 7,33 puntos al de crecimiento anual de mayo.
“Este aumento se debe a la estacionalidad significativa del agro en el segundo trimestre y al impacto estadístico de la sequía durante la campaña 22/23, que afectó negativamente a la actividad de este sector en la base de comparación. Al descontar el efecto del agro en la actividad, se observa una caída interanual cercana al 5,3% interanual”, calculó la consultora ACM.
empleados de comercio
El comercio es uno de los sectores más castigados por la crisis económica.
La construcción, la industria y el comercio fueron los más afectados y son, además, los sectores con más mano de obra intensivos “por lo que la dinámica contractiva podría tener un mayor impacto en el mercado de trabajo”, señala la consultora LCG.
“Algunos de los indicadores de avance que mostraron crecimiento en mayo, volvieron a registrar caídas en junio, por lo que esperamos para confirmar que la recuperación de la actividad está firme. Desde LCG seguimos sin identificar un motor claro que pueda impulsar un marcado crecimiento en el corto plazo. Entendemos que la incertidumbre respecto al programa económico y a la política cambiaria todavía pesará sobre la decisión de inversión de las empresas”.
“Por otra parte, la recuperación del salario real podrá traccionar algo de consumo en lo inmediato, pero será en el margen. Además, hay que esperar nuevas correcciones de precios relativos, postergadas para conseguir una desinflación más acelerada en estos meses, con impacto nuevamente sobre los ingresos reales. A su vez, con mayores recursos derivados de la aprobación del paquete fiscal, el ajuste del gasto público podría aliviarse en el segundo semestre, pero la decisión de avanzar en cuentas fiscales superavitarias terminará siendo contractivo en el corto plazo”, finaliza el informe de LCG.
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Por su parte, la consultora ACM señala que “la actividad muestra una recuperación respecto a meses anteriores, impulsada principalmente por el rebote del sector agropecuario. No obstante, los sectores ligados al consumo interno continúan presentando las caídas más pronunciadas. De hecho, al descontar el impacto del sector agro, la actividad habría permanecido en terreno negativo, lo que dificulta prever una rápida reversión de esta tendencia”.