Cuando cumplió 18 y luego de una larga espera, probó por primera vez leche de almendras sin saber que el cambio de vida estaba cerca. Eso marcó un hito porque al poder sustituir la leche animal por otra vegetal, dejó de pasar noches enteras sin dormir con el cuerpo brotado y lastimaduras que dejaban marcas en su piel. Las más dolorosas, sin embargo, no eran esas, sino las que provenían de otro problema que lo aquejaba: un bloqueo mental que le generaba trastornos en el habla.
“Uno de mis grandes desafíos fue superar esa alergia pero también el bloqueo mental que me hizo sufrir mucho de chico y que no me permitía expresarme ni hablar en público. Eso me impulsó a estudiar sobre comportamiento humano, a leer libros sobre el tema, relatos de empresarios, de liderazgos y ver cómo podía romper estos bloqueos.
Leía un libro por semana y todo lo apliqué a mi vida personal. Me di cuenta que la vida no está librada al azar sino que es una creación nuestra. También descubrí principios metafísicos que nadie me había enseñado y comprendí que el trabajo más duro estaba relacionado con desarrollar mi mente, mis emociones y mi equilibrio. “Gracias a ese camino estoy hoy en este lugar”, detalla.
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Gabriel vio una oportunidad de negocio a partir de un obstáculo personal y lo transformó en un éxito.
Enlazado a esa búsqueda, Gabriel Busso decidió emprender en el mercado de leches vegetales y lanzó las versiones de castañas y de maní. Pero a la par, desplegó una faceta más humana y realizó una introspección que derivó en una transformación que el empresario explica de la siguiente manera:
“Cuando empecé a estudiar la mente me di cuenta que toda mi vida me veía inferior a los demás por mi problema pero cuando me di cuenta que mi historia era perfecta pude hacer una empresa porque puse el foco en el beneficio”.
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¿Escritor o emprendedor?
Busso tiene publicados dos libros pero también lleva adelante una exitosa pyme que elabora productos vegetales y que emplea a más de 50 personas.
Ante la pregunta no duda ni elige y explica que, todavía, tiene dos amores. “Si bien son dos áreas distintas se relacionan muy bien porque todo el trabajo interno que hice y que de alguna manera vuelco como experiencia en mis libros, me permitió emprender, formar equipos, trabajar con un propósito y liderar mi empresa.
Si me preguntás, me gustaría escribir libros pero hoy tengo el desafío de llevar adelante mi empresa con 50 personas. Si me preguntás, me gustaría escribir libros pero hoy tengo el desafío de llevar adelante mi empresa con 50 personas.
El primer libro del autor y empresario quién también es speaker, mentor y coach, aporta principios universales para crear la mejor versión de uno mismo y potenciarse como ser humano. “Intenté que fuera un paso a paso para limpiar la mente y sacar lo mejor de nosotros. Y el segundo libro, que salió hace poquito, trata sobre el arte de dirigir nuestro destino. Después de 10 años estudiando el comportamiento humano y de dirigir la empresa quise enfocarlo en cómo ser el artista de nuestra propia vida, como una especie de autoliderazgo”, explica.
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Transformando la industria
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Vivet, así se llama su marca, tiene hoy 20 productos entre leches, queso rallado, cremas de cajú, castañas en snack y hamburguesas simil carne. En paralelo desarrolló otra unidad de negocios, Plant, una plataforma online que permite comprar 1.500 productos con impacto positivo de varias marcas de 200 productores argentinos.
El emprendedor cuenta que el mercado de productos a base de plantas no es solo para los veganos ya que tienen un fin más grande que es el de “impactar positivamente en la salud y en el planeta y si bien no paró de crecer el mercado por la conciencia de la gente sobre lo que comemos, va a aumentar cuando las personas comiencen a valorar más y a informarse sobre lo que consumimos y sobre todo el proceso que hizo el alimento hasta llegar a la mesa”.
Gabriel Busso tiene desde hace 8 años una alimentación vegana y actualmente no consume lácteos, ni helados, queso, hamburguesa, o galletitas. Es por eso que sale poco y, si lo hace, prefiere los lugares con menús especiales aunque celebra que hoy es posible encontrarlos en sitios tradicionales.