Según el informe más reciente de la Federación Industrial, desde diciembre de 2023 hasta diciembre de 2024 se perdieron más de 11.000 puestos de trabajo en el sector industrial santafesino. Esta pérdida, que se viene gestando de manera paulatina, responde a un contexto económico marcado por la apertura de importaciones y un modelo macroeconómico que no ha logrado reactivar la producción local.
En el marco del Día del Trabajador, Andreozzi ofreció detalles sobre cómo la economía provincial se ha visto afectada por un modelo económico que no permite al sector recuperarse. "Es un proceso que se viene dando de manera continua desde el cambio de modelo económico, con mucha heterogeneidad y dispersión", señaló Andreozzi.
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El impacto de esta caída no solo afecta a los trabajadores, sino que también pone en riesgo la capacidad productiva de las empresas. Actualmente, la capacidad instalada de producción en la provincia se encuentra en un alarmante 60%, lo que significa que, en promedio, seis de cada diez máquinas están en funcionamiento, mientras que el resto está fuera de servicio.
Factores detrás de la pérdida de empleos
Andreozzi explicó que la combinación de varios factores ha agudizado la crisis laboral. Entre ellos, mencionó la apertura de importaciones sin una adecuación de las condiciones locales, lo que ha obligado a muchos industriales a optar por un "mix" entre producción nacional e importada. Esta situación genera una menor necesidad de mano de obra local, ya que la producción nacional debe competir con productos importados, que requieren menos operarios para tareas logísticas y comerciales.
El fenómeno también ha sido silencioso, ya que la mayoría de las pérdidas de empleo no se han reflejado en conflictos visibles, como bloqueos o protestas en las calles, sino a través de acuerdos de retiro voluntario, en los cuales los trabajadores se van con indemnizaciones, con la esperanza de encontrar nuevas oportunidades laborales. Sin embargo, Andreozzi destacó que esta expectativa no siempre se cumple, pues muchas veces estos fondos se destinan a emprendimientos informales, como pequeñas verdulerías, que surgen a raíz de estas indemnizaciones.
Impacto en la industria joven y la cultura del emprendimiento
Una de las características más notorias de la pérdida de empleo es que no solo afectan a los trabajadores de más edad, sino que los más jóvenes también están siendo víctimas de este proceso. Andreozzi atribuye esta tendencia a un cambio cultural más amplio, que ha influido en la percepción del trabajo. "Hoy en día, los más jóvenes ven con buenos ojos la idea del emprendimiento y de convertirse en sus propios empleadores", comentó, añadiendo que este fenómeno es más amplio y global, pero se expresa con particular fuerza en Santa Fe.
Este cambio en la mentalidad de los trabajadores también tiene consecuencias en la dinámica laboral, ya que muchos prefieren salir de sus puestos por acuerdo mutuo, sin recurrir a las protestas tradicionales. Sin embargo, este comportamiento podría estar relacionado con una visión errónea de la movilidad laboral, que no siempre se traduce en nuevas oportunidades estables.
El panorama no parece mejorar en el corto plazo, ya que la caída de la capacidad productiva amenaza con comprometer el futuro de las empresas. La falta de inversión en tecnología y capacitación laboral, sumada a la inestabilidad macroeconómica, pone en peligro la competitividad de las empresas santafesinas en el largo plazo. "Perder se pierde rápido, pero recuperar lo perdido lleva mucho más tiempo", advirtió Andreozzi, haciendo hincapié en que el sector industrial necesita un cambio estructural para sostenerse y crecer.
Desafíos económicos y el régimen de bienes usados
Otro de los temas que preocupan a los industriales de Santa Fe es la modificación en el régimen de bienes usados, que permite la importación de maquinaria agrícola de segunda mano. Según Andreozzi, esta medida afectaría negativamente a las empresas locales, que enfrentan altos costos de producción debido a impuestos y regulaciones. "Hoy, la maquinaria agrícola nacional es mucho más cara que la importada, y esa diferencia es directamente atribuible a los altos impuestos que el Estado cobra", explicó. A pesar de las dificultades, subrayó la importancia de encontrar un equilibrio en las políticas públicas para hacer frente a la competencia extranjera sin perder el desarrollo local.
Andreozzi destacó que, sin un sector industrial fuerte, el futuro económico de Argentina está comprometido. "Un país con más de 44 millones de habitantes, si no logra un desarrollo industrial, está condenado a agravar sus desigualdades sociales", concluyó.
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