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Economía Emprendedores | empresas |

El 44% de los argentinos empezó al menos un negocio: ¿cuáles son los emprendimientos más elegidos?

Argentina es uno de los países con mayor tasa de creación de empresas a nivel regional. Según la consultora de investigación Ipsos, el 44% de su población adulta ha iniciado al menos un negocio en el pasado y el 36% lo ha considerado. El sector del comercio minorista presenta un gran crecimiento en los emprendedores.

En un contexto donde tres de cada diez ciudadanos a nivel mundial han iniciado al menos un negocio en el pasado, los argentinos se posicionan como un grupo con altas tasas de creación de negocios. Según varios estudios, los emprendedores argentinos son, mayoritariamente, profesionales que prestan su servicio de manera independiente.

La plataforma de facturación electrónica Alegra realizó un análisis a sus más de 750.000 MiPymes registradas, con respecto a los sectores más elegidos por los argentinos a la hora de emprender determinando que la categoría de Servicios y Consultoría es la predilecta. Asimismo, el sector del Comercio Minorista sigue estando entre los elegidos, seguido por la Industria Manufacturera y la Producción.

“Las tendencias a nivel mundial han llevado a los emprendedores argentinos a orientar sus negocios a estos sectores”, resalta Iván Boix, Líder Estratégico de la empresa. Adicionalmente, cree que “es preciso considerar que los recursos -financieros, humanos, naturales, tecnológicos- con los que cuentan los pequeños empresarios resultan determinantes a la hora de elegir un sector en el cual emprender”.

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De acuerdo con el estudio realizado, más del 50% de los emprendimientos creados en Argentina pertenecen a la categoría de Servicios y Consultoría. Así, un 20% del total de MiPymes argentinas se dedica a Servicios Personales, como peluquerías, salones de belleza, servicios de limpieza y de seguridad, entre otros y un 12% a Servicios Profesionales, como consultoría legal, contable y financiera, servicios de diseño y publicidad, entre otros. Finalmente, las MiPymes también tienen una importante presencia en otros sectores de servicios en Argentina, como salud, educación y turismo.

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El 44% de la población adulta del país ha iniciado al menos un negocio en el pasado y el 36% lo ha considerado.

El 44% de la población adulta del país ha iniciado al menos un negocio en el pasado y el 36% lo ha considerado.

Por otro lado, el sector de comercio minorista presenta un gran crecimiento en los emprendedores; según Alegra, el 30% de las MiPymes se dedica a las ventas por menor. Dentro del sector, el subsector de alimentos y bebidas es el que tiene mayor cantidad de empresas, representando aproximadamente el 35% del total de MiPymes en el país dentro de la industria. Este subsector incluye tiendas de barrio, supermercados de proximidad, carnicerías, panaderías, entre otros. En segundo y tercer lugar se encuentran el subsector de indumentaria y calzado y el subsector de productos para el hogar, que representan el 25% y 15% del total de pymes en el país dentro de la industria respectivamente.

¿Cómo es emprender hoy en Argentina?

Para los emprendedores argentinos, la cualidad básica es la capacidad de adaptación porque en el contexto nacional, generalmente, hay demasiadas variantes que van cambiando las reglas de juego. Sin embargo, “las cosas siempre se vuelven a acomodar y a tomar un nuevo curso que le permita a las compañías crecer; para eso es necesario tener mucha constancia y no ceder ante las etapas difíciles”, dice Ianina Rodríguez, emprendedora textil.

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A través de su marca, Rainbow Nenas, Rodríguez busca inspirar a quienes desean forjar su propio camino en el mundo de los emprendedores. “Tengo especial debilidad por las madres que quieren animarse a cumplir sus sueños combinando su trabajo con la maternidad porque entiendo lo que atraviesan, es muy difícil, muy cansador al principio, pero también sé que se puede lograr el éxito. Y si en el primer intento no sucedió la magia, probablemente haya que tomarse un descanso, reponer fuerzas y volver a intentarlo.”

Para Santiago Rey Valzacchi, gerente general Grupo Procrearte, “emprender en Argentina es estar inmersos en una constante volatilidad y en alerta porque si bien existen muchos programas, posgrados y grupos de trabajo que pueden profesionalizar y mejorar las habilidades, el espíritu emprendedor no se consigue en ningún curso o manual; es una habilidad innata”.

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En un contexto donde tres de cada diez ciudadanos a nivel mundial han iniciado al menos un negocio en el pasado, los argentinos se posicionan como un grupo con altas tasas de creación de negocios.

En un contexto donde tres de cada diez ciudadanos a nivel mundial han iniciado al menos un negocio en el pasado, los argentinos se posicionan como un grupo con altas tasas de creación de negocios.

Sobre esas habilidades, la CEO y founder de Talentum, Cristina Oneto, cree que el emprendedurismo es una actitud y un valor. “Emprender requiere de habilidades que no todos tienen, por eso no todos podemos serlo”. Sobre esas capacidades, destaca que la principal es la de “asumir riesgos relacionados, sobre todo, con la tolerancia a la frustración, algo que no todas las personas tienen”. Por otro lado, hay otro tipo de habilidades, que ya no son las innatas sino que están “vinculadas con el manejo de las finanzas, los pagos, cobranzas, la fijación de precios y todo el área económico financiera del negocio que parece sencilla cuando se empezó a emprender pero que luego se complejiza”. A veces, señala, “podes ser el creador de un producto innovador y diferente pero con eso solo no alcanza porque también hay que saber comunicar, insertarse y vender el servicio o producto; eso requiere de muchas otras habilidades”.

¿Se puede aprender a emprender?

Para emprender es fundamental empezar por formarse. Pero eso, dice Francisco Michelich, “no está necesariamente vinculado con ir a la universidad”. Al día de hoy existen “muchos recursos online, ebooks, cursos cortos de mucho valor y más expeditivos que muchísimas carreras tradicionales, que en general, han quedado desactualizadas o simplemente nunca fueron pensadas para formar emprendedores sino trabajadores”. Y esa diferencia para el ingeniero industrial, emprendedor y consultor tecnológico “es sustancial” porque los empleados están acostumbrados a operar de una forma totalmente distinta a los emprendedores.

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“Los empleados, por definición, no son tomadores de riesgo. Los emprendedores en cambio, son tomadores de riesgos calculados, deben serlo, o sino nunca comenzarán siquiera a ejecutar su tan preciada idea”. En el aspecto formal, el emprendedor y consultor sugiere comenzar por la formación -que en Argentina es relativamente nueva-, continuar con la búsqueda de socios estratégicos y mentores -gente más experimentada que puede brindar sabiduría- y por último, elaborar un Plan de Negocios que no sea muy extenso pero que tenga sentido. “Nuestros padres o abuelos crecieron viendo que los exitosos eran en general los abogados, médicos, arquitectos e ingenieros y fueron transmitiendo ese mensaje con fuerza a sus hijos y nietos. Pero el “mapa” cambió y por eso muchos jóvenes encuentran al final de su larga carrera universitaria que han aprendido muy poco sobre cómo emprender. Saben diseñar el edificio, pero vieron poco de costos y nada de Marketing -ni hablar de Marketing Digital-. Tampoco les enseñaron sobre el enorme temple emocional requerido para emprender, en especial en Argentina, uno de los mercados más complejos del mundo, con reglas político-económicas en constante cambio. Hay que estar emocionalmente preparado (o todo lo que se pueda), para fallar, aprender, levantarse y comenzar de nuevo”.