En tiempos de "motosierras" para recortar gastos y de "licuadoras" para diluir ahorros, parece haber llegado el momento de poner seriamente en discusión cómo funciona la verdadera "aspiradora" que centraliza y absorbe recursos en detrimento de provincias como Santa Fe, que producen riquezas en un país empobrecido.
Son épocas de cambios en la Argentina a partir de la firme decisión del presidente Javier Milei de alcanzar el objetivo de déficit cero, como paso necesario para reducir los asfixiantes niveles de la inflación actual.
En este contexto, primero el ministro de Economía, Luis Caputo, y luego el Presidente, lanzaron una serie de anuncios que provocaron un verdadero tembladeral y que apuntan a modificar ciertos paradigmas históricamente arraigados en el funcionamiento del país.
Luego de escuchar los últimos anuncios del Gobierno nacional, el gobernador santafesino Maximiliano Pullaro, dijo que "esperaba que entre las primeras medidas de una agenda de cambios hubiera una reforma impositiva por ley que incluyera una rebaja de impuestos a la producción. Como es el caso de las retenciones al campo, fundamental para el interior del país y particularmente para la provincia de Santa Fe”.
Si bien fueron dos discursos diferentes y pronunciados por distintos interlocutores, parece existir una marcada decisión comunicacional: reforzar la idea de que las provincias tendrán que acostumbrarse a subsistir sin el auxilio financiero de la Nación.
Se trata de una estrategia discursiva lineal y que no refleja de manera precisa la realidad de esta compleja situación.
En la práctica, lo que sucede en el vínculo entre el Gobierno nacional y provincias como Santa Fe es exactamente lo opuesto: en gran medida, es el Gobierno de la Nación el que depende de los aportes que mes a mes realizan los ciudadanos de determinadas regiones del interior del país, a través de un esquema impositivo centralizado que actúa como una monumental aspiradora de recursos.
Así lo refleja un informe recientemente elaborado por el Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Según dicho trabajo, durante 2022 la provincia de Santa Fe aportó a la Nación un total de 2,2 billones de pesos (1 billón = 1 millón de millones), mientras que a través de distintos canales retornaron en el mismo período a Santa Fe 1,2 billones de pesos.
¿Cuánto dinero se lleva la Nación desde la provincia de Santa Fe?
En 2022, el Estado nacional recaudó en la provincia de Santa Fe un total de 1,1 billones en impuestos. Básicamente, a través del Impuesto a las Ganancias y del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Además, se llevó desde Santa Fe otros 415.841 mil millones de pesos en concepto de aportes patronales y contribuciones sociales.
Y a esos fondos se sumaron el año pasado 632.115 mil millones de pesos por derechos de exportación (las famosas retenciones) y derechos de importación, según datos publicados por la Afip.
De esta manera, en 2022 la provincia de Santa Fe aportó a la Nación un total de 2,2 billones de pesos. Esto significa que de cada 100 pesos que se fueron, retornaron 57 pesos (25,5 pesos volvieron al Estado provincial por coparticipación y 32 pesos como gasto del Estado Nacional en territorio santafesino).
De lo que aportan los santafesinos al Estado nacional con sus impuestos, un 42,4% no regresa.
¿Cuánto dinero envía la Nación a la provincia de Santa Fe?
Según los datos recabados por la Bolsa de Comercio de Santa Fe, los fondos que el Gobierno central envió a esta provincia durante 2022 oscilaron en los 1,2 billones de pesos.
Dicho total se integró de la siguiente manera:
- 564.255 mil millones de pesos por coparticipación y otros fondos específicos (por ejemplo el de Financiamiento Educativo o el de Infraestructura);
- 707.996 mil millones de gastos totales en la provincia en conceptos como sueldos a empleados públicos nacionales, universidades, obras públicas, fondos discrecionales y otras transferencias.
El Gobierno nacional acaba de anunciar fuertes recortes en los fondos que envía a las provincias, por lo que posiblemente las diferencias entre los recursos que salen desde Santa Fe y los que retornan desde la Nación se profundicen en 2024.
Según el ministro de Economía de Santa Fe, Pablo Olivares, la suspensión de los envíos de transferencias discrecionales del gobierno central a la provincia no tendrá ningún impacto, ya que apenas si oscilaban en los 6 ó 7 mil millones de pesos.
En el programa Creo, que se emite cada mañana en AIRE, Olivares remarcó que gran parte de los recursos que salen desde Santa Fe y no retornan terminan siendo volcados al Area Metropolitana de Buenos Aires (Amba).
Gran parte del dinero termina en el Gran Buenos Aires
Hasta el momento, esta situación se vino manifestndo de diversas maneras. Solo a modo de ejemplo, el usuario del transporte público del Amba puede pagar un boleto que cuesta una cuarta parte de lo que debe pagar un rosarino o un santafesino.
En estos momentos, el usuario de servicios de agua y cloacas en Rosario o Santa Fe no solo debe pagar una tarifa superior a la que abona el usuario que vive en Amba, sino que, también en su rol de contribuyente, cuando paga los impuestos nacionales financia el subsidio que reciben los usuarios de Aysa en el Amba.
Los santafesinos pagan el 100% de lo que cuestan los servicios sanitarios. Y, además, aportan a los subsidios que reciben los usuarios del Amba.
Los usuarios de energía eléctrica en el Amba tienen la posibilidad de pagar una menor tarifa, no porque las empresas prestadoras sean más eficientes, sino por distintos mecanismos de subsidios indirectos que el Estado Nacional le facilita a las distribuidoras. Por ejemplo, más del 80% de la deuda de distribuidoras con Cammesa corresponde a distribuidoras que prestan el servicio en el Amba.
En el caso de los servicios de comedores escolares, el Estado Nacional aporta por cada escuela santafesina apenas una quinta parte de lo que aporta por cada escuela bonaerense.
La provincia de Buenos Aires tiene una población que es 5 veces la de Santa Fe, pero por el programa Potenciar Trabajo el Estado nacional invierte en Provincia de Buenos Aires un monto que es 15 veces el que invierte en nuestra provincia. Es decir, el triple de la relación que existe entre las poblaciones de ambas provincias.
Es cierto que los anunciados recortes de subsidios nacionales probablemente contribuyan a equiparar los costos de servicios en el Amba, con los que se vienen pagando en otras provincias.
Sin embargo, y al menos por ahora, los anuncios no permiten avizorar que se reduzca la brecha entre lo que Santa Fe aporta mes a mes a las arcas del Estado central, y los recursos que retornan desde la Nación.
En definitiva, el relato de que las provincias deberán acostumbrarse a sobrevivir sin el auxilio del Gobierno nacional no refleja la realidad. La gran pregunta, en todo caso, es cómo haría el Gobierno nacional para subsistir sin el aporte de provincias como Santa Fe.