Cuando se trata de infancias, es imposible no relacionarlas directamente con momentos de juego y descubrimiento. Algo que comprende un aprendizaje constante hacia el desarrollo integro de una persona. Aunque hoy, las formas en la que un niño o niña se divierte, ya no son los mismos que hace unos años atrás. Es más, cada momento de cada infancia, es sumamente distinto al anterior.
En este sentido y en los tiempos que corren, esto ha sido algo que ha preocupado a muchos padres y madres que se ven colmados en medio de cambios casi bruscos de la realidad. Los avances tecnológicos y el antes imaginado "futuro" que hoy ya está aquí, crea muchos conflictos en lo que respecta a la crianza de los más chicos. Acá es donde vienen a meterse los videojuegos.
Instancias: los videojuegos antes vs. los videojuegos ahora
Quizás, una persona adulta tenga recuerdos de su niñez en los cuales se recuerda a sí mismo en contacto con alguna consola o PC hogareña. En este sentido, puede que exista una mayoría que al día de hoy ya no les interese este tipo de entretenimiento. Sin embargo, son muchos los adultos que aún siguen teniendo contacto con los videojuegos y transmiten esta cultura a sus hijos. Pero, ¿Qué diferencia hay entre el ayer y el hoy?
Teniendo o no teniendo aún contacto, muchos padres se ven en medio de un conflicto que tiene que ver con límites. Con esto no quiere decir que no se restringe lo suficiente a los hijos en el consumo de equipos tecnológicos, sino que el mundo que rodea a un niño en el presente, no es el mismo que el de hace unas décadas atrás.
Así como los smartphones, televisores, formas de aprender en clases y hasta los carteles de señalización en la calle han cambiado y mejorado, los estímulos sensoriales se han multiplicado. Es por ello que, quizás, lo que antes era sólo un momento recreativo de, ni siquiera una hora al frente de la pantalla, pasó a ser algo constante. En este mar de estímulo, es donde los videojuegos entran a cobrar mayor relevancia, antes que ir al parque o embarrarse jugando a la pelota con amigos. Entender esto es fundamental para, antes de intentar prohibir y erradicar, tratar de acompañar a los hijos en este nuevo mundo que, al fin de cuentas, es creado por los adultos.
Instancias: ¿los videojuegos son creados para niños?
Suele suceder que se asocia a los videojuegos directamente a la niñez, en especifico a los varones. Pero esto no es así. Primero y principal, los videojuegos no están destinados a un sexo en particular, esto quiere decir que cualquier persona independientemente sea su sexualidad, puede jugarlos con libertad. Sin embargo, a lo que respecta a edades, sí existen limitaciones.
Es importante entender que se producen videojuegos creados para niños, pero también destinados a gente adulta o mayores a determinadas edades. Por ende, no cualquier videojuegos por el simple hecho de ser videojuego, puede ser jugado por un niño. Como tutor a cargo de la crianza de un menor, es necesario involucrarse en los pasatiempos y videojuegos que ellos consumen.
Por otro lado, como cualquier otra fuente de estímulo, donde además existen recompensas inmediatas (ya sea por el tiempo que se pasa jugando, por ganar o cumplir una meta), se deben crear límites entorno a él. Esta es una facultad en desarrollo por parte de las infancias, es por ello que es importante que un adulto los guie en la comprensión de cuándo es momento de jugar, y cuando mejor ocuparse de las responsabilidades.
Quizás sea por la etapa que transitan. Implica un momento en la vida donde se aprende, poco a poco y con experiencias, que todo requiere un esfuerzo, tiempo y dedicación. Sólo de esta forma se puede conseguir que las personas aprendan a confiar en sus capacidades y aspiren a cumplir grandes metas a futuro.
Instancias: ¿cómo hacer uso correcto de los videojuegos?
Entonces, con esto no quiere decir que se deben prohibir los videojuegos a los niños y niñas, sino que es ideal hacer uso correcto de ellos. A diferencia de lo que muchas personas creen, la utilización de estos cooperan con el desarrollo de las capacidades cognitivas, el razonamiento lógico, así como la práctica en la utilización de los sentidos y gestión emocional.
Sin embargo, lo cierto es que, se ha comprobado que un excesivo uso de ellos a temprana edad, puede llegar a crear complicaciones en la salud si no se fomentan los sanos límites. Así como un medicamento que ayuda a dormir o bajar los niveles de ansiedad, los videojuegos (en algunos casos) pueden llegar a transformarse en una vía de escape de situaciones frustrantes o traumáticas de la infancia. No hay que olvidarse de que nos plantean otra realidad, virtual, pero ese no es un parámetro diferenciador en la niñez.
En este sentido, lo importante es tener adultos presentes y con interés por los gustos y pasiones de los más chicos. Sólo involucrándose en aquél mundo, se puede llega a entenderlo y de esa manera ir creando una especie de pauta sobre los momentos que se invierten en los juegos.
Otro punto importante es saber qué tipo de videojuegos son los que se juegan. Existen muchos géneros, y como se mencionó, no todos están creados para niños. Por lo que es fundamental, sin llegar a ser invasivos, saber que título es, qué género comprende y si para jugarlo requiere comunicarse con gente desconocida. Al día de hoy mucho juegos son multiplayer y su comunicación es vía chat de voz, esto quiere decir que personas de todo el mundo y distintas edades pueden conversar entre sí.
La clave, en este sentido, no es prohibir y condenar al objeto (en este caso los videojuegos), sino responsabilizarse del cuidado que las infancias necesitan para lograr desarrollar esos límites que, en su adultez, le ayudarán a gestionar por su cuenta todos los pros y contras entorno a cualquier decisión que tome en la vida.