En un partido con condimentos de sobra para ser el plato fuerte de la fecha, Unión lo ganaba bien gracias a Tarragona, pero apareció Paredes y jerarquizó el fútbol de Boca, que apenas le alcanzó para empatarlo.
Tarragona metió una patada karateca para darle la ventaja a Unión pero en Boca, Paredes fue clave para empatarlo sobre el final.
Unión y Boca repartieron puntos tras igualar 1 a 1 en la Bombonera este viernes por la noche, en un partido que quedará marcado por el regreso de Leandro Paredes al fútbol argentino, tras 11 años.
Con orden táctico, característico del equipo de Leo Madelón, el tatengue se imponía con un golazo del jugador e hincha, Cristian Tarragona. Sin embargo, el campeón del mundo con la Selección Argentina se hizo cargo de las pelotas paradas del Xeneize y, con un centro preciso para Di Lollo, el equipo de Russo logró empatar el partido a cinco del final.
Fue un sabor agridulce del equipo tatengue, que demostró firmeza, garra y puntos altos. La pretemporada, por el momento, parece estar dando frutos debido al crecimiento notorio de las individualidades. Son 4 sobre 6 para Unión, en 2 fechas disputadas en el torneo Clausura y el próximo viernes recibirá a Tigre en el 15 de Abril.
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Unión mostró mayor solidez en el inicio del primer tiempo en la Bombonera. Cortó con eficacia los avances de Boca, no lo dejó jugar cómodo y recuperó la pelota con rapidez en la mitad de la cancha.
En los primeros minutos, se vieron buenas proyecciones a través del juego colectivo entre Fragapane, Gamba y Del Blanco –de buen rendimiento–.
A los 27 minutos, un centro al corazón del área de Mateo del Blanco fue conectado por Fascendini y la pelota pasó muy cerca del arco defendido por Marchesín.
Boca respondió recién a los 30 con una jugada clara: Palacios habilitó a Merentiel, que de primera abrió hacia la izquierda para Braida. El remate fue contenido por Tagliamonte, quien también atraviesa un buen momento personal, pese a estar en duda para esta noche por un estado gripal. De todos modos, la acción fue bien anulada por posición adelantada y, en caso de haber terminado en gol, debía ser revisada por el VAR.
Minutos más tarde, a los 35, Williams Alarcón avisó con un tiro libre que obligó a una intervención firme de Tagliamonte, quien rechazó el disparo con los puños en alto.
Sobre el final del primer tiempo, Franco Pardo fue amonestado por una infracción –el único en esa etapa– y Boca generó otra situación tras una secuencia de toques rápidos de derecha a izquierda. Alarcón lanzó un centro al segundo palo para Blanco, que no logró conectar por muy poco.
De esta forma, los equipos se fueron al descanso igualado en cero.
El segundo tiempo, Unión fue un equipo como a su técnico le gusta llamarlo: rabioso. Con corte y recuperación, buscaba a sus delanteros; mientras Boca carecía del juego que debería mostrar por ser local y por el presupuesto y jerarquía de sus jugadores.
Fue así cuando, a los 18 del complemento, Cristian Tarragona conectó con una patada descendente, casi karateca, un centro preciso de Fragapane y gritó su primer gol con la camiseta de Unión. El ex Gimnasia, entró al área en soledad y pudo vencer el arco de Marchesín.
El gol fue un punto de inflexión para ambos equipos. Miguel Ángel Russo, en medio de una Bombonera que se caía abajo, mandó a la cancha a Leandro Paredes, que regresaba al club de sus amores después de 11 años, a Cavani y a Barinaga. En sus lugares, salieron Palacios, Advíncula y Braida.
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Después de estos movimientos, Leonardo Carol Madelón también ajustó piezas. Ingresaron Paz, Estigarribia y Cañete, en lugar de Gamba, Palacios y el autor del gol.
Con presión alta, el tatengue se dio el lujo de generar algunas contras, que un poco más de finura, podrían haber terminado en un segundo gol.
Los rendimientos bajos en el plantel de Boca Juniors se hacían notar, ante las individualidades del tatengue, que mejoraron notablemente tras la llegada de Madelón. Por no mencionar a casi todos los jugadores: Tagliamonte, Del Blanco, Pardo, Martínez, Vargas, Fascendini, Fragapane, el propio Gamba, con su esfuerzo que lo caracteriza, levantaron notablemente el nivel en comparación al bajísimo rendimiento mostrado en el primer semestre con Kily González.
El gol del Xeneize llegó tres minutos después del ingreso de Kevin Zenón –ex rojiblanco– por Alan Velasco. Fue a través de un gran centro desde la derecha ejecutado por Leandro Paredes: casi como un guante, se la colocó en la cabeza al pibe Lautaro Di Lollo, que venció al arco de Tagliamonte.
Después del gol, que llegó a los 40 del complemento, al partido le quedó tiempo para el ingreso de Lionel Verde por Franco Fragapane. Nazareno Arasa, de regular arbitraje, adicionó 7 minutos, que se consumieron de forma lenta para el tatengue y muy rápido para Boca, que se retiró cuestionado por sus hinchas.
Lo cierto es que, una vez finalizado el encuentro, al tatengue le quedó la sensación agridulce: agria porque no le alcanzó para ganar, pese a realizar un gran partido y que le faltó pocos minutos para lograrlo; pero dulce por las formas y por como mejoró el equipo, en un corto lapso de tiempo, logrando un punto que será muy importante para la principal lucha, que es salir de los puestos bajos de la tabla.
El próximo viernes 25 de julio a las 21:15, el tatengue recibirá a Tigre en el estadio 15 de Abril.
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