"Abajo del agua escuchas el griterio de la gente, vibra todo. Es algo hermoso", contó Carrizo, quien quedó a muy pocos metros de David Farinango, el ecuatoriano que finalizó segundo, detrás de Alessio Occhipinti, campeón de la última edición de La más linda del mundo.
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Carrizo tiene cómo guía a Leandro Pérez, hermano de Rafael Pérez, nadador que supo ser campeón de la Santa Fe-Coronda en 2003. "El son mis ojos en el agua", dice Carrizo y sumó que su trabajo es fundamental, para este tipo de competencias. "12 horas antes hace el chequeo del agua y a partir de allí, en una pizarra, me va a escribiendo todo".
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Agustín Porta, periodista de Aire de Santa Fe, relató la Maratón Santa Fe-Coronda el último domingo 2 de febrero.
El momento en el que estuvo primero en la Maratón Santa Fe-Coronda
Tras pasar Santo Tomé, Carrizo quedó detrás del pelotón de los primeros, pero su entrenador lo motivó. "Yo me enteré, que el entrenador italiano le escribe, Carrizo, está muerto. Entre mi dije, vos estás equivocado y ahí lo salí a comer. Me sentí ofendido", contó entre risas el nadador santafesino, que esa inyección anímica, le permitió quedar primero, por un largo rato.
Pese a esto, Alessio Occhipinti, volvió a tomar la delantera y sacó varios metros de ventaja. Su par, Giuseppe Ilario, abandonó la competencia promediando las 5 horas y media, lo que le permitió a Carrizo alcanzar el podio.
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"Llegando a Sauce Viejo, sentí un calor tremendo. Me saco el gorro para ventilar la cabeza. Hacía 37° afuera y 30° en el agua y le pedí más hielo para el agua a mi guía", contó Carrizo.
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El cansancio post carrera
Ni bien finalizó la carrera, la adrenalina fue lo que le permitió a Carrizo mantenerse en pie, aunque a la hora de la premiación, reveló que comenzó a sentir náuseas. "Pude dormir solo cuatro horas, y cuando me levanté a las 9, me fui a nadar", sorprendió, aunque a su vez, contó que esto es vital para disminuir los dolores.