De las lesiones de Aliendro y el Pulga Rodríguez al tremendo diluvio en Paraguay
“Me acuerdo de todo, fue la primera final internacional en la historia de Colón, nunca más después. Fue una lástima porque estaba todo dado para la épica. Igual ese partido, como que había señales de que venía cruzado", comenzó el exentrenador sabalero, sobre los días previos a la final de la Copa.
"Hicimos un picadito, unos movimientos así paraditos y después un picado. Cuando terminó, empezaron todos a elongar y algunos me dijeron: ‘Pablo, vamos a practicar un poco más de penales’. Rodrigo Aliendro me dice: ‘¿Puedo practicar?’. ‘Sí, dale’, le digo. ¡Pateó y se desgarró! Estuvo llorando… Ya ese fue el primer paso en falso", recordó Lavallén en una entrevista con 'Te dejo en Orsai'.
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Pablo Lavallén en la final de la Copa Sudamericana 2019.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Y continuó: "El segundo, llegamos al estadio de la Olla, bajamos del micro, entro al vestuario, miro la camilla de kinesiología y estaba el Pulga tirado con una aguja en el tobillo. En el partido anterior, tuvo un esguince de tobillo… En la entrada al vestuario había como una alfombrita de pasto sintético, él justo pisó así y había como un pozo, y se lo volvió a doblar... Cuando entro al vestuario, lo están infiltrando, le digo: ‘¿Qué te pasó? Y me dice: ‘Me doblé el tobillo con esa alfombrita’. Y los médicos me decían ‘hoy no juega’", contó el técnico, aunque finalmente Luis Miguel Rodríguez jugó como titular y terminó fallando un penal en aquel partido.
Asimismo, se refirió a la lluvia torrencial que condicionó el partido: "Y tercero, la lluvia. Cuando salimos a la cancha, se larga una tormenta que yo en cancha nunca vi algo igual”, expresó Lavallén recordando el día en el que Colón cayó por 3-1 ante el elenco ecuatoriano, que terminó gritando campeón del segundo certamen internacional más importante del continental.
