En el atardecer nublado de Capital Federal, en el barrio de Núñez, el Monumental tembló. Tras 120 minutos de nerviosismo y angustia futbolera, la Selección argentina pudo gritar campeón mundial por primera vez, tras las guapeadas de Mario Kempes y la certificación del triunfo por parte de Daniel Bertoni.
Inmortalizados en el tiempo quedaron los papelitos de Clemente, las banderas celestes y blancas, y las caras espeluznantes de la Junta Militar en el palco.
A 45 años de la consagración argentina, hay una historia que el tiempo no desgastará; una imagen que emociona con solo observarla, mostrando que a veces los abrazos, no son solamente físicos.
La historia del "Abrazo del alma", tras la consagración en el Mundial de Argentina 1978
El segundo tiempo suplementario aún no había terminado, tras jugarse los 90 minutos reglamentarios, finalizados 1 a 1 entre Argentina y Holanda. La final tomó un ritmo frenético cuando Mario Kempes (que ya había hecho el primer gol), dio la estocada final para las aspiraciones holandesas, que por segunda vez llegaban a la instancia decisiva de una Copa Mundial.
Observando de reojo, estaba el personaje de esta historia, Víctor Dell’Aquila. Tras el gol de Daniel Bertoni ya había invadido el campo de juego, confundido ante un pitazo del referí de aquel match, el italiano Sergio Gonella. Tras el reto del arquero Ubaldo Fillol, el hombre de San Francisco Solano, que había perdido sus dos brazos a los doce años debido a una descarga eléctrica que se los carbonizó, espero a la finalización del encuentro al lado del arco argentino para esperar el momento de la consagración.
Cuando el colegiado marcó el final, el Estadio de River se vino abajo. De la misma manera, se desplomó Ubaldo Fillol, quien en los últimos años confirmó que sintió una presencia divina en esa secuencia: “Vi a Dios”. En un momento, el “Conejo” Tarantini se acerca a abrazarlo, y se produce la imagen que quedará grabada para siempre en los archivos: Victor va a abrazarlos, y sus mangas se sueltan.
La foto que inmortalizó el "Abrazo del alma" de la Selección argentina
Ricardo Alfieri, fotógrafo de la Revista El Gráfico, retrató para la eternidad este momento, y logró variados premios debido a esta toma histórica, a la que llamó “El abrazo del alma”. Entre las 80 mil personas que rodeaban el anillo del Monumental, junto al Cuerpo Técnico de César Luis Menotti y los seleccionados, se encontraron las almas de cuatro personas, para un abrazo, que perdura hasta nuestros días.
Incluso una marca de gaseosas realizó un comercial muy emotivo con la escena imborrable que compusieron Víctor Dell'Aquila, Alberto Tarantini y Ubaldo Matildo Fillol:
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