La ministra francesa de Deportes, Roxana Maracineanu, consideró este lunes que los incidentes registrados este domingo en el partido entre el Niza y Olympique de Marsella de Jorge Sampaoli "son un insulto para el fútbol y los aficionados", y reclamó sanciones para los responsables.
Los incidentes registrados en el partido entre Niza y Marsella, de Jorge Sampaoli, por la Ligue 1, fueron un escándalo internacional y la ministra de Deportes de Francia pide sanciones.
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"Se ha superado una la línea roja", dijo Maracineanu en declaraciones reproducidas por el diario L'Equipe, acerca de los disturbios que motivaron la suspensión del encuentro en el estadio Allianz Riviera.
La Ligue 1 convocó al Olympique de Marsella que dirige el casildense Sampaoli y al Niza a una reunión de la Comisión de Disciplina, que el próximo miércoles analizará los incidentes, calificados como graves según un comunicado de la entidad.
En el partido de este domingo, barras del Niza lanzaron botellas de plástico a los jugadores del equipo visitante hasta que una de ellas impactó en el internacional francés Dimitri Payet, quien la envió de vuelta a la tribuna lo que genero la invasión de los violentos al campo de juego, donde se generaron agresiones a los jugadores del Marsella.
Los simpatizantes entraron al campo e intentaron golpear a los futbolistas visitantes, situación que evitó la policía, pero el árbitro Benoît Bastien, tras esperar varios minutos, decidió suspender el cotejo.
En el lapso el que se produjeron los incidentes, hubo empujones, golpes de puños y agresiones múltiples entre los jugadores de Marsella y los parciales de Niza, al tiempo que Sampaoli debió ser sacado del campo por sus colaboradores porque quiso separar y proteger a sus futbolistas, cuando se observaba al DT nacido en la ciudad de Casilda nervioso y preocupado para calmar a los exaltados.
La situación obligó a suspender el juego con el marcador favorable el Niza de 1 a 0.
La Ligue 1 decidió que se reanudara el partido, pero los jugadores del Marsella respaldados por su presidente, el español Pablo Longoria, decidieron no volver ya que consideraban que su seguridad no estaba garantizada.
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En principio, las autoridades del torneo francés deberían declarar perdedor del encuentro al Marsella por haberse negado a continuar.
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