El camino por Sauce Viejo marcó un antes y un después en la carrera del oriundo de San Javier. Fue allí cuando el "tano", Giuseppe Ilario, debió abandonar la carrera por una descompostura, cuando marchaba segundo en la competencha. En ese momento, Carrizo duplicó esfuerzos, alcanzó el tercer lugar y no lo largó más. "Cuando abandonó el italiano supe que iba a llegar”, remarcó el nadador.
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"Después de tantos años de sacrificio, valió la pena cada segundo", subrayó Carrizo.
Una historia de superación personal
En junio de 2016, a menos de dos meses de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el nadador oriundo de San Javier recibió la noticia que cambió su vida, luego de dar positivo de un control antidopaje realizado en abril de aquel año en San Pablo por eritropoyetina (EPO), sustancia que aumenta los glóbulos rojos y mejora la resistencia aeróbica.
Tras conocerse el resultado, Carrizo defendió su inocencia afirmando que había consumido un suplemento sin conocer su contenido. Sin embargo, en julio de 2017, la ex Organización Nacional Antidopaje (hoy CNAD) le impuso una sanción de dos años y dos meses.
Lejos de rendirse, Carrizo siguió entrenando, y hoy tiene un valioso premio: “esto habla de que uno se puede reivindicar como deportista y como persona”, destacó el nadador.