El Club Atlético Unión visita a Patronato por la octava fecha de la Copa de la Liga. El partido comenzará a las 19, con transmisión de Aire de Santa Fe.
El Club Atlético Unión cayó 2-1 con Patronato por la Copa de la Liga y, dependiendo de otros resultados, puede terminar la fecha fuera de los primeros cuatro clasificados de la Zona A. El tatengue no tuvo una buena noche en Paraná, mostró un preocupante nivel físico y vuelve a Santa Fe lleno de dudas, en la previa a jugar por la Copa Sudamericana.
Cuando el partido aún no ofrecía indicios sobre cuál equipo estaba mejor, Patronato se puso 1-0 gracias a una grave desatención defensiva que le permitió a Lucas Barrios definir en soledad dentro del área tatengue. Poco antes una corrida mano a mano con Santiago Mele había sido un llamado de atención, pero el Tatengue no ajustó esas falencias a tiempo.
El gol fue un mazazo para el Tate que aún no había entrado en sintonía y ya tenía la misión de revertir el desarrollo. Con un muy activo Mariano Peralta Bauer por derecha se vio lo mejor del equipo de Gustavo Munúa en el ataque, pero le seguía faltando ser punzante, finalizar en gol las jugadas para darle valor a esas buenas intenciones.
Unión intentaba jugar en campo rival, dominar a través de la tenencia de la pelota, con juego asociado, pero el Patrón mantuvo un ritmo incansable, corriendo y cubriendo todos los sectores, neutralizando cualquier intento de avance del visitante.
Sobre el final del primer tiempo, una posición adelantada salvó a Unión de irse al descanso por dos goles de diferencia en el marcador. Para el complemento el equipo santafesino tenía que mejorar decididamente si quería volver con los puntos.
Segundo tiempo:
Para desgracia de Gustavo Munúa y sus dirigidos, las cosas no fueron a mejor en la segunda parte. Patronato jugó con mucha confianza, aplomo, criterio y manejó los tiempos del partido para alejar la pelota de su campo y hacer el juego que seguramente quiere practicar Facundo Sava.
Cuando no sale lo que uno pretende, no lo dejan ser, es normal que aparezca la frustración. Todo ese proceso lo sufrió el Tate en el complemento cuando veía que no encontraba los caminos para llegar al arco del Patrón. La desesperación acumulada con el correr de los minutos también jugó un papel aparte y todo parecía desembocar en catástrofe. A esta altura de la noche, más allá de que el Rojiblanco aún podía rescatar algún punto, el partido de Unión no era bueno. Y todo fue a peor con la expulsión de Emanuel Brítez, por doble amarilla.
A poco para el final, el VAR volvió a intervenir por segundo día consecutivo. Como ocurrió este jueves en Santa Fe, el asistente por video le avisó a Fernando Espinoza que un defensor de Unión había tocado la pelota con la mano dentro del área y, por ende, era penal para Patronato.
El encargado de patear desde los doce pasos fue Lucas Barrios, quien engañó a Santiago Mele y aumentó su cuenta personal. Patronato se ponía 2-0 y casi que sentenciaba el partido. Casi porque poco después, Matías Gallegos ganó en el área de enfrente y descontó para el Tatengue. El tanto del atacante fue como una bocanada de aire fresco, revitalizante, le serviría para mantenerse con esperanzas hasta el final del encuentro.
La ilusión del final no alcanzó para, por lo menos, empatar. La bronca por el penal cobrado, el cansancio y la anemia goleadora hizo mella en la psiquis de los jugadores de Unión. Fue derrota 2-1 en Paraná que duele y puede doler mucho más si, dependiendo de otros resultados, el equipo termina la fecha fuera de los primeros cuatros clasificados de la Zona A de la Copa de la Liga.
Una vez más, el Tatengue volvió a mostrar su peor versión, una que suele ofrecer jugando como visitante. SI bien en todos los partidos hay cosas por corregir, el cuerpo técnico de Munúa debe identificar qué causa la baja de rendimiento jugando fuera del 15 de Abril. Si el equipo quiere ser protagonista, deberá ganar en regularidad.
