Don Mueang, el único aeropuerto que tiene ¡un campo de golf! entre sus dos pistas
No hay otro lugar en el mundo donde, al mismo tiempo, se pueda practicar este deporte y presenciar desde muy corta distancia los rodajes, despegues y aterrizajes de aviones comerciales y privados. Esto se debe a que The Kantarat Golf Course (El campo de golf Kantarat), de 18 hoyos y 5821 metros de extensión, se encuentra ¡entre las dos pistas! del Aeropuerto Internacional Don Mueang de Bangkok, Tailandia, que les ofrece a los jugadores –y a los pasajeros de las aeronaves– una experiencia única.
El único lugar del mundo donde se puede apreciar esta imagen es en el Aeropuerto Internacional Don Mueang de Bangkok, Tailandia: mientras un golfista se prepara para su putt, un Boeing 757-200 carguero de la compañía estadounidense UPS (United Parcel Service) rueda hacia su posición de despegue.
Para potenciar los golpes y acrecentar la precisión de los mismos, el golf es un deporte que exige una muy alta concentración por parte de quienes lo practican.
Por ello, el silencio es clave para ejecutar cada jugada. Tal es así que el público no habla cerca de los hoyos –y más cuando se está por impactar a la pelota– y, los aplausos de los espectadores, asoman una vez finalizada la misma.
Pero el campo de golf Kantarat, de Bangkok, Tailandia, es el único en el mundo en que los jugadores no disponen de un ambiente sin ruidos que afecten su desempeño en el green ya que, el mismo, ¡está entre las dos pistas del Aeropuerto Internacional Don Mueang!, y recorrerán el campo muy cerca de los rodajes, despegues y aterrizajes de imponentes aeronaves comerciales y privadas que operan en esta aeroestación.
Con intenso tráfico
El Aeropuerto Internacional Don Mueang –que, hasta 2006, se lo conocía como Aeropuerto Internacional de Bangkok– es una de las dos aeroestaciones desde donde se opera en la capital de Tailandia, mientras que el otro es el de Suvarnabhumi.
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Vista aérea del aeropuerto Don Mueang, donde se aprecia claramente el campo de golf entre las pistas del mismo. Kantarat, que es público y está abierto todo el año, tiene 18 hoyos y una extensión (en todo su recorrido) de 5821 metros, ligeramente inferior al promedio para un par 72.
Considerado entre los aeropuertos internacionales más antiguos de Asia y del mundo, se inauguró oficialmente el 27 de marzo de 1914 como base de la Royal Thai Air Force (RTAF, o Real Fuerza Aérea Tailandesa).
El primer vuelo comercial a Don Mueang tuvo lugar en 1924 y, el servicio inaugural, fue operado por la empresa neerlandesa KLM (Royal Dutch Airlines) en un vuelo entre Ámsterdam y Bangkok.
A lo largo del siglo XX, Don Mueang fue el principal centro de actividades aeronáuticas de Tailandia y una de las puertas de entrada clave para el tráfico aéreo internacional en el sudeste asiático.
Durante la Segunda Guerra Mundial, este aeropuerto fue ocupado y utilizado por el Servicio Aéreo del Ejército Imperial Japonés (fue bombardeado varias veces por aviones de los Aliados) y, tras la rendición nipona, se convirtió en la base del Escuadrón 211 de la Royal Air Force (RAF, o Real Fuerza Aérea Británica) y sus bombarderos bimotores de Havilland Mosquito.
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Para los que viven esta muy singular experiencia, ya sean jugadores (o pasajeros y tripulaciones de los aviones, que disponen de vistas inigualables), Kantarat significa un entorno incomparable que permite a los golfistas disfrutar de su juego mientras observan el despegue y aterrizaje de las aeronaves, creando una atmósfera inolvidable.
Un año después, este escuadrón se disolvió y, el aeródromo, pasó a manos del gobierno tailandés para su uso como base aérea conjunta y aeropuerto comercial.
A partir de ahí, Don Mueang expandió rápidamente sus instalaciones de aviación civil, dando cabida al auge de los aviones a reacción y a la creciente demanda internacional de viajes desde y hacia la capital tailandesa.
En las décadas de 1970 y 1980, el aeropuerto experimentó una importante modernización, que incluyó la construcción de nuevas terminales de pasajeros y depósitos de carga.
Durante varias décadas, fue el principal centro de operaciones de Thai Airways International –la compañía de bandera del país–, y gestionó la mayoría de los vuelos nacionales e internacionales de Tailandia.
Su crecimiento hizo que, por ejemplo, por Don Mueang arribaran o partieran más de 38 millones de pasajeros en 160.000 vuelos de más de 80 aerolíneas, incluidas casi 700.000 toneladas de carga, lo que lo situaron como el 14° aeropuerto más transitado del mundo, y el segundo de Asia.
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Así se ve desde el cockpit de un avión comercial la aproximación final a la pista 03R (Right, o derecha), de 3700 metros, del Aeropuerto Internacional Don Mueang de Bangkok. El campo de golf se distingue a la izquierda de la misma.
Durante la noche del 27 al 28 de septiembre de 2006, Don Mueang cesó oficialmente sus operaciones tras la inauguración del aeropuerto Suvarnabhumi, que estaba destinado a sustituirlo por completo como puerta principal de entrada internacional a Bangkok.
Sin embargo, debido a problemas de infraestructura y elevados costos operativos de esta nueva aeroestación, Don Mueang reabrió sus puertas el 24 de marzo de 2007 y, tras una profunda renovación, se convirtió en el centro de operaciones por excelencia de compañías low cost de Tailandia y el sudeste asiático.
También fue afectado por las graves inundaciones de 2011, que asolaron a Bangkok y otras partes del país: el aeropuerto permaneció cerrado, ya que las aguas inundaron las pistas y afectaron los sistemas de navegación e iluminación, hasta que fue reabierto el 6 de marzo de 2012.
Actualmente, cuenta con dos terminales: la 1, para vuelos internacionales, y la 2, para los nacionales –la apertura de esta elevó la capacidad del aeropuerto a más de 25 millones de pasajeros al año– y, ambas, están conectadas por una pasarela elevada de cristal que también se comunica con el hotel Amari Don Mueang Airport Bangkok, situado junto a la aeroestación.
Asimismo, Don Mueang sigue siendo el segundo aeropuerto con mayor tráfico de Tailandia después de Suvarnabhumi, ya que es un centro neurálgico para rutas regionales y nacionales y, en el mismo, tienen su base de operaciones las compañías Nok Air, Thai AirAsia y Thai Lion Air.
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Un trirreactor ejecutivo Dassault Falcon 7X despega de Don Mueang mientras un jugador recorre el green acompañado por su caddie. En un ámbito tan particular como el de este aeropuerto, muy fuertes ruidos de fondo acompañarán a los golfistas (a los que se les recomienda utilizar protectores auditivos) durante todo el partido debido al incesante tráfico aéreo.
En 2019, este aeropuerto alcanzó –por entonces– su capacidad máxima de 52 despegues o aterrizajes por hora, que equivale a entre 700 y 800 vuelos diarios y, el año último, por sus instalaciones pasaron más de 30 millones de pasajeros.
Don Mueang cuenta con todas las ayudas de navegación para aeronaves comerciales. Se destaca un equipo VOR-DME, que es una radiobaliza de navegación aérea que combina el VOR (un radiofaro omnidireccional VHF, o de muy alta frecuencia), para determinar el rumbo del avión, y un DME (equipo de medición de distancias) para saber cuán lejos o cerca se encuentra la aeronave respecto del aeropuerto.
En conjunto, estos sistemas permiten a los pilotos determinar la posición exacta de una aeronave en relación con la estación terrestre, proporcionando una forma de navegación precisa y segura.
Tiene dos pistas asfaltadas, con sus correspondientes luces de aproximación y balizamiento, junto con el de las calles de rodaje: la 03R/21L (03 Right, o derecha, y 21 Left, o izquierda), de 3700 metros, y la 03L/21R (03 Left, o izquierda, y 21R, Right, o derecha, de 3500.
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Otra imagen que únicamente se puede apreciar en el aeropuerto Don Mueang: un Boeing 737-88L de la compañía low cost tailandesa Nok Air acaba de despegar mientras, debajo, en dos bunkers, jugadores avanzan en su recorrido del campo.
Estos sistemas de navegación e iluminación permiten operar las 24 horas –excepto en condiciones climáticas extremadamente adversas, propias de esta región del mundo, con muy fuertes tormentas– y, además, cuenta con una estación meteorológica, servicios de sanidad, aduana, migraciones, combustible y bomberos, que certifican su habilitación como internacional.
El aeropuerto es una instalación de uso conjunto, que combina las operaciones de las compañías comerciales civiles con las de la 1ª División Aérea de la RTAF y, la mayoría de sus aeronaves militares, no son jets de combate, sino de transporte y enlace.
Pero, lo que convierte a Don Mueang en un aeropuerto absolutamente único en el mundo es que, entre sus dos pistas, se encuentra ¡un campo de golf!, donde es posible ver un Airbus A320 o un Boeing 757 despegando o aterrizando justo al lado del mismo.
Jugar al golf entre los aviones
Existen muchos y muy particulares campos de golf a lo largo del mundo. Por ejemplo, se destaca el de Uummannaq, en Groenlandia –ubicado a 560 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico–, donde las temperaturas suelen bajar hasta los 20° bajo cero, y en el que los dedos congelados de los jugadores y hasta llegar a cruzarse ¡con osos polares errantes!, son tan comunes como los golpes desviados.
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Vista general del Aeropuerto Internacional Don Mueang desde el noreste. Es una instalación de uso conjunto, que combina las operaciones de las compañías comerciales civiles (cuya plataforma se advierte en primer plano) con las de la 1ª División Aérea de la RTAF (al fondo), y el campo de golf entre las pistas.
Otro es el abrasador de Coober Pedy Opal Fields, en Australia, donde se suele jugar principalmente de noche, con pelotas luminosas, para evitar el calor extremo del día en pleno desierto, donde las calles están hechas de arena blanca compactada y, los greens, son una mezcla de polvo de cantera y restos de petróleo.
Pero en cuanto a los que desafían los principios básicos de este deporte –quietud, serenidad, calma, concentración y silencio–, absolutamente ninguno se compara con The Kantarat Golf Course, sito en Bangkok, la ciudad más visitada del mundo en 2024.
Ubicado entre las dos pistas del Aeropuerto Internacional Don Mueang, este estrecho campo de golf de 18 hoyos tiene una longitud de 5821 metros, ligeramente inferior al promedio para un par 72.
Bangkok es una de las 20 ciudades con mayor densidad demográfica del mundo, con 5280 habitantes por kilómetro cuadrado. Como el desarrollo de parques y zonas verdes de la capital tailandesa está limitado por la escasez de espacios libres, al Club de Golf Kantarat no le quedó otra alternativa que emplazar su campo entre las pistas del aeropuerto Don Mueang.
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Vista del campo de golf Kantarat desde la cabina de pasajeros de un Airbus A320 en plena desaceleración tras aterrizar en Don Mueang (tiene activados sobre el ala los speedbrakes, o frenos aerodinámicos). La ubicación privilegiada entre las pistas del aeropuerto lo convierte en una opción ideal para viajeros que buscan combinar golf y aventura.
Fue construido en 1952 como un área para fines recreativos por la Real Fuerza Aérea Tailandesa y, en ese momento, se convirtió en el segundo campo de golf del país, detrás del de Hua Hin Royal, inaugurado en 1924.
Hasta 1957 solo se podían jugar nueve hoyos, pero el general Banchu Chantarubek construyó nueve más, completando así el circuito de 18.
El campo es público y, en la actualidad, jugar en el mismo cuesta 320 baht (la moneda tailandesa, equivalentes a casi 10 dólares) entre semana y, 620 baht (unos 18 dólares), los fines de semana.
Estos precios son muy inferiores a los de países con gran tradición golfística, como Estados Unidos, donde es habitual encontrar campos que cobran cientos de dólares por jugar 18 hoyos y donde el valor promedio del green fee (lo que un club les cobra a los jugadores que no son socios del mismo) en un campo público ronda los 40 dólares.
En un ámbito tan particular como el de Don Mueang, muy fuertes ruidos de fondo acompañarán a los jugadores (a los que se les recomienda utilizar protectores auditivos) durante todo el recorrido debido al incesante tráfico aéreo, ya sean rodajes, despegues o aterrizajes que se realizan junto al campo ya que, este año, el aeropuerto gestiona 55 vuelos por hora.
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Como no hay muros ni vallas entre el campo y las pistas del aeropuerto, por estrictos motivos de seguridad es obligatorio usar un carrito de golf y, cada jugador, será acompañado –inexcusablemente– por un caddie. Los aviones ruedan, aterrizan o despegan a menos de 60 metros de los greens.
¿Y cómo es jugar acá? Normalmente, cuando un golfista grita "¡fore!" en el campo, está advirtiendo que una pelota perdida podría dirigirse hacia otro jugador o los espectadores.
Pero, en el campo Kantarat, donde un jugador podría estar sacando a menos de 60 metros de un avión de pasajeros que se encuentra en plena carrea de despegue, impactar a una aeronave es una posibilidad real.
Incluso, si una pelota se desvía y cae cerca de las pistas, se la considera perdida y ningún jugador podrá recuperarla.
Como tampoco hay muros ni vallas entre el campo y las pistas del aeropuerto, por estrictos motivos de seguridad es obligatorio usar un carrito de golf y ser acompañado –inexcusablemente– por un caddie.
A fin de evitar que cualquier elemento peligroso sea introducido en el campo, los palos de los jugadores, como así también cualquier otro equipamiento, no pueden ser propios, sino que se alquilan dentro de las instalaciones.
Además, cada golfista deberá pasar por un escáner antes de empezar su ronda y, el campo, cuenta con un sistema de semáforos para detener el juego cuando aterrizan o despegan los aviones.
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Un avión comercial sobrevuela la zona de dos bunkers del campo de golf (visto desde el oeste), a la altura de la cabecera 03R (Right, o derecha), la más larga de Don Mueang. La imagen muestra la cercanía entre los greens y el sector desde donde despegan o aterrizan las aeronaves.
Por otra parte, los guardias apostados en el acceso al campo no permiten que los autos particulares o taxis accedan al camino que lleva a la casa club, por lo que los jugadores deberán caminar el resto del trayecto.
Para los que viven esta muy singular experiencia, ya sean jugadores (o pasajeros y tripulaciones de los aviones, que disponen de vistas inigualables), Kantarat significa un entorno incomparable que permite a los golfistas disfrutar de su juego mientras observan el despegue y aterrizaje de las aeronaves, creando una atmósfera inolvidable.
El lugar es ideal para los spotters (amantes de la fotografía de aviones), al tenerlos casi al alcance de la mano. Pero hay que tener muchas ganas de jugar al golf en un sitio donde el atronador sonido de los motores podría desconcentrar al más experto de los participantes.
El campo cuenta con un diseño que desafía a golfistas de todos los niveles, con sus estratégicos bunkers (las depresiones que hay a lo largo del recorrido, usualmente llenas de arena), y exuberantes fairways, la zona entre el área de salida (llamada tee), y el green, donde el césped está cuidadosamente cortado, sobre todo alrededor del hoyo.
Las instalaciones del campo también incluyen una tienda de artículos de golf y un pequeño restaurante que sirve especialidades locales.
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Un Airbus A320-216 de Thai Air Asia, una low cost tailandesa, rueda por la pista junto al campo. Los palos de los jugadores, como así también cualquier otro equipamiento, no pueden ser propios, sino que se alquilan dentro de las instalaciones. Además, cada golfista deberá pasar por un escáner antes de empezar su ronda y, los greens, cuentan con un sistema de semáforos para detener el juego ante cada despegue o aterrizaje.
Además, Kantarat también dispone de instalaciones para perfeccionar el juego, incluyendo un driving range (donde los golfistas pueden practicar el swing), y putting greens (en el que ejercitan mejorar los golpes finales –conocidos como putts– para meter la pelota en el hoyo utilizando un palo específico llamado putter).
Por todo esto, Kantarat ofrece una experiencia única y emocionante que nadie encontrará en ningún otro lugar. Su ubicación privilegiada entre las pistas del aeropuerto lo convierte en una opción ideal para viajeros que buscan combinar golf y aventura.
Pero, el futuro, no parece ser promisorio: la Real Fuerza Aérea Tailandesa tiene previsto vender el campo a una empresa estatal que gestiona los principales aeropuertos del país la cual, probablemente, utilizará el terreno para ampliar Don Mueang.
Debido al aumento del tráfico aéreo, la Autoridad de Aeropuertos de Tailandia (AOT) considera adquirir el campo de golf para incrementar la capacidad operativa de dicha aeroestación.
Ya en 2023, la Real Fuerza Aérea Tailandesa había manifestado su predisposición a vender el campo de golf, pero exigía mil millones de baht (unos 90.150.000 dólares).
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Mientras la AOT consideró excesivo el precio, la RTAF adujo que, este monto, incluye una indemnización de 30 años para los trabajadores del campo de golf que perderían sus empleos.
Tras una reunión crucial entre el ministro de Transporte, Suriya Juangroongruangkit, y el Jefe del Estado Mayor del Aire, Phanpakdee Pattanakul, en abril último, el futuro del campo de golf de Kantarat sigue siendo incierto.
La Autoridad de Aeropuertos de Tailandia planea mejorar Don Mueang para que pueda gestionar 65 vuelos por hora, diez más de los que opera actualmente y, a la fecha, aún no se tomó una decisión definitiva sobre qué le deparará el destino al campo de golf Kantarat.