Ariel Ansaldo, el parrillero de 45 años que ingresó a Gran Hermano gracias al repechaje, no cayó nada bien dentro de la casa y todo se debió a sus actitudes. Esta semana volvió a quedar en la placa de nominados y el domingo podría convertirse en el nuevo eliminado, aunque él se siente muy querido afuera porque le ganó a Coti.
En su corta estadía protagonizó varios episodios escandalosos y el público tomó nota. Tal vez lo que más "asquerosidad" le provocó a la gente fue la erección que tuvo después de masajear a Romina en el living, aunque los participantes también lo detestan por sus terribles ronquidos, que les impiden conciliar un buen sueño.
A esto hay que sumarle lo que hizo en el jardín luego de meterse a la pileta. Se desnudó frente a dos de sus compañeros y apoyó la cola y sus genitales en un asiento que comparten todos los "hermanitos". Si bien Maxi le llamó la atención, él se justificó diciendo que no quería hacerlo en el baño porque iba a ingresar mojado a la casa.
Otra motivo por el que despertó indignación en Twitter fueron sus declaraciones sobre la masturbación. Reconoció que los hombres se dan placer al menos una vez al día, aunque le confió a sus compañeras de la casa que está tratando de evitarlo para no quedar como un cochino.
El último ítem de la lista está relacionado con sus flatulencias. Las cámaras ya lo pescaron varias veces mientras lanzaba sus gases extremos y en las redes lo consideran una falta de respeto, ya que lo hace en la habitación frente a los demás integrantes.
En la última gala, Ariel Ansaldo indicó que confía bastante en el público. “Voy por ahí. Yo tengo esa cosa que capaz parezco víctima, pero no. Desde que entré, casi sabía que iba a ser así. Es genuino lo que digo. De a poco me voy ganando el corazón de algunos, o no, pero yo quiero ganarme el corazón de la gente y voy por ahí”, le confió a Santiago del Moro.
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