La NASA confirmó la presencia de una perturbación en el campo magnético terrestre que podría tener impacto directo sobre Argentina. Se trata de la Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS), una zona donde el campo magnético de la Tierra se debilita de forma considerable y que se extiende entre América del Sur y el suroeste de África.
NASA detectó una "anomalía magnética".
Qué es la Anomalía Magnética del Atlántico Sur y por qué preocupa
Según explicó la agencia espacial estadounidense, esta anomalía surge por irregularidades en el movimiento de metales líquidos en el núcleo externo del planeta. Estas variaciones generan una distorsión en el campo magnético global, especialmente en la región del Atlántico Sur, donde se ubica Argentina.
En esta zona, los cinturones de radiación de Van Allen descienden más cerca de la superficie terrestre, lo que permite que partículas solares de alta energía ingresen con mayor facilidad a la atmósfera. Esto no representa un peligro para la vida en la Tierra, pero sí puede afectar a los satélites, naves espaciales y sistemas electrónicos, generando fallos o interferencias.
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Su posible impacto en Argentina
Los científicos alertaron que Argentina se encuentra dentro del área de influencia de esta anomalía, por lo que las tecnologías espaciales y los equipos de comunicación podrían experimentar interferencias. Algunos expertos ya sugirieron que las autoridades tomen medidas para mitigar posibles consecuencias sobre las operaciones que dependen de estos sistemas.
Aunque este fenómeno no es nuevo, los cambios en su intensidad y alcance generaron alerta en la comunidad científica internacional. La NASA continúa monitoreando la situación con estudios constantes.
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En paralelo, la NASA también confirmó que el asteroide 2024 YR4, descubierto el 27 de diciembre de 2024, impactará en la Luna y no en la Tierra, como se temía inicialmente. El objeto generó preocupación tras registrarse una probabilidad de colisión del 3,1% con nuestro planeta, pero esa posibilidad quedó descartada tras nuevas mediciones.
El impacto lunar no representa una amenaza, pero ofrecerá a los científicos una oportunidad única para estudiar la formación de cráteres, la composición del subsuelo lunar y los efectos de un impacto real sobre la superficie del satélite natural de la Tierra.
