A pesar de pertenecer a especies diferentes y haber evolucionado por separado durante millones de años, estas razas presentan cráneos con formas achatadas y hocicos cortos, un fenómeno conocido como convergencia evolutiva.
Los investigadores analizaron escáneres tridimensionales de cráneos de diversas especies, incluyendo gatos domésticos, perros, lobos y gatos monteses, para estudiar esta similitud morfológica. Los resultados mostraron que las caras planas y cortas de estas razas son más parecidas entre sí que a las de sus propios antepasados. Este patrón se ha repetido en varias ocasiones dentro de cada especie, como en los bulldogs y los shih tzus en perros, y en los himalayas y birmanos en gatos.
Sin embargo, esta convergencia no está exenta de consecuencias. Las razas con estas características faciales suelen ser más propensas a problemas respiratorios y otras complicaciones de salud. Los científicos advierten que, aunque la selección artificial ha permitido una gran diversidad en las razas domésticas, también ha llevado a la aparición de rasgos que pueden afectar negativamente el bienestar de los animales.