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Acuerdo de precios y salarios: la obsesión de Fernández para controlar la inflación

El alza de precios, que trepó al 4% en enero pasado, apresuró al Presidente a celebrar en los últimos días reuniones con empresarios, sindicalistas y dirigentes del campo en busca de un gran pacto social.

Con la mira puesta en las elecciones legislativas de este año -cuya fecha aún no está definida-, todos los esfuerzos del Gobierno están puestos en morigerar los efectos de la pandemia y en controlar la inflación. Este último problema desvela al equipo económico de Alberto Fernández -el alza de precios trepó al 4% en enero pasado, lo que acumula un alza del 38,5% en los últimos 12 meses-, lo que apresuró al Presidente a celebrar en los últimos días reuniones con empresarios, sindicalistas y dirigentes del campo en busca de un gran pacto social.

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La reunión con los principales capitanes de la industria tuvo lugar en la Casa Rosada el jueves pasado. Allí los recibió el ministro de Economía Martín Guzmán con un reclamo firme y explícito: que este año el ajuste en los precios no supere el 30%, pauta que así está establecida en la ley de presupuesto 2021. Acto seguido, el titular de la cartera económica embistió duramente contra las consultoras privadas que, con sus matices, proyectan una inflación del 50%, en consonancia con el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) elaborado por el Banco Central. “Las consultoras generan expectativas totalmente erradas en Argentina”, criticó el ministro.

El mismo reclamo -contener el alza de los precios y hacer converger precios y salarios en una inflación del 29% para todo 2021- fue trasladado a los sindicalistas de la CGT, la CTA y Hugo Moyano. Los gremialistas asintieron mientras que los empresarios, si bien aplaudieron a Guzmán, mantienen su desconfianza. Su principal temor es la presión que pueda ejercer el kirchnerismo, y particularmente la vicepresidenta Cristina Kirchner, en la política económica del Gobierno.

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La disparada de precios durante el primer mes del año, fue liderada por los rubros “Comunicaciones” con un fuerte salto del +15,1%; seguido por “Restaurantes y hoteles” con un +5,4%, junto con “Alimentos y Bebidas” y “Recreación y Cultura” que subieron el +4,8%.

La disparada de precios durante el primer mes del año, fue liderada por los rubros “Comunicaciones” con un fuerte salto del +15,1%; seguido por “Restaurantes y hoteles” con un +5,4%, junto con “Alimentos y Bebidas” y “Recreación y Cultura” que subieron el +4,8%.

El presidente Fernández procura despejar las dudas con muestras de moderación y armonía. Con esa actitud recibió también la semana pasada a los miembros de la Mesa de Enlace del campo, quienes concurrieron a la reunión con el jefe de Estado inquietos ante la posibilidad de un nuevo aumento en las retenciones agropecuarias, una amenaza que había agitado el propio Presidente y la vicejefa de gabinete Cecilia Todesca.

Entre los ruralistas, un dirigente presente en el encuentro con el Presidente dijo que “Alberto tuvo un tono conciliador, aunque hay datos que no condicen con lo que nosotros tenemos”. De todos modos, afirmó que “hay posibilidades de llegar a un entendimiento” para no aumentar retenciones ni intervenir el mercado.

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Cerca del presidente Fernández destacaron el diálogo con la Mesa de Enlace y la negociación para buscar mecanismos en pos de una de las prioridades que se impuso el Gobierno: la batalla contra el aumento de precios. "Fue una muy buena reunión. Alberto siempre va a dialogar y negociar", resaltó uno de los principales colaboradores del jefe del Estado, aunque reconoció que la relación con los líderes ruralistas siempre será tensa y fluctuante.

Igualmente, Fernández exhibió su mejor faceta conciliadora. Según sus allegados, tuvo en cuenta dos antecedentes: la crisis del campo de 2008 determinó el mayor desgaste del gobierno de Cristina Kirchner y terminó con él eyectado de la administración. Ganó claramente el campo, que tuvo el mayor consenso social, de la clase media y del interior del país. Ni siquiera los gobernadores la acompañaron.

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El Gobierno se reunió con la Mesa de Enlace Agropecuaria y acordó que no habrá modificación del esquema de las retenciones. Sin embargo, pidieron que haya más control en los costos para detectar por qué suben los precios de los alimentos en las góndolas.

El Gobierno se reunió con la Mesa de Enlace Agropecuaria y acordó que no habrá modificación del esquema de las retenciones. Sin embargo, pidieron que haya más control en los costos para detectar por qué suben los precios de los alimentos en las góndolas.

Otro antecedente fue más inmediato: apenas el Gobierno anunció en diciembre la suspensión de las exportaciones de maíz para bajar el precio de los alimentos locales sobrevino un feroz paro del campo y el Presidente tuvo que recular. Es por ello que Alberto Fernández entró a la reunión con los ruralistas con otro semblante y con intenciones de acordar.

Son tiempos de acuerdos, diálogo y distensión: esa es la premisa que se autoimpuso el Gobierno para controlar las variables de la economía y avanzar hacia el principal objetivo, ganar las elecciones legislativas. Para ello apuesta a recuperar aquel sector de la clase media que lo votó en 2019 desencantada del macrismo pero insatisfecha con los escasos logros alcanzados durante el primer año de la nueva gestión.

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Con ese objetivo, el Gobierno, por medio del presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, lanzó el proyecto de ley para modificar el impuesto a las ganancias subiendo el piso de 150.000 pesos para los sueldos y de 152.000 pesos para jubilaciones. Con esta nueva ley -que se aprobará el mes próximo- unos 1.267.000 trabajadores dejarán de pagar el tributo.

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En esta misma lógica -recuperar a la clase media- se inscribe el anuncio del Presidente de recuperar las clases presenciales en todas las escuelas del país, un reclamo compartido por padres y estudiantes. La estrategia del Gobierno es obvia: arrebatarle a Juntos por el Cambio -el principal espacio opositor- sus principales banderas de campaña en el inicio del año electoral.

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