Para la astrología, Lilith no es un planeta ni un asteroide. Es un punto imaginario en el cielo, el más lejano de la órbita lunar alrededor de la tierra, y eso también es simbólico. Es por eso que se la conoce como la luna negra, la sombra, el punto más oscuro de nuestra carta natal.
Pero ¿por qué este punto lleva el nombre de Lilith? La explicación está en los mitos de la humanidad. Lilith está borrada de la biblia. Pero aparece en la tradición judía, y ahora la astrología del siglo XXI la reivindica.
Cuenta la historia que Lilith fue creada por Dios para ser la compañera de Adán. Ambos habían sido creados desde el polvo. Todo iba bien en el Paraíso hasta que Adán quiso mantener relaciones sexuales con ella de una manera tradicional, clásica, pero Lilith quería otras posiciones: nada de ir debajo de Adán, Lilith quería ir arriba, bien empoderada.
Adán buscó someterla, disciplinarla. Fue en ese momento que ella pronunció el impronunciable nombre de Dios y lo abandonó. Inútil fue el envío de ángeles emisarios por parte de Dios para hacerla volver al Paraíso.
Lilith se escapó al Mar Rojo y tuvo sexo con muchos demonios, tuvo miles de hijos. Dios se enojó con ella e hizo que murieran cien de sus hijos demonios por día. Y allí decidió crear a Eva de la costilla de Adán. Ya no eran marido y mujer en igualdad de condiciones, ambos creados del polvo, sino una mujer a medida del varón, una mujer abnegada y obediente.
En la carta natal es la sombra de la luna, y no es casual que la luna represente desde la antigüedad la energía femenina vinculada con la contención, lo nutricio, lo puro e inmaculado, es el arquetipo de la mujer madre.
Lilith es su opuesto, es la políticamente incorrecta, la que aúlla, la rebelde, la que se enoja y tiene mucho odio contenido porque no quiere ser lo que los demás quieren que sea, es la que quiere revancha.
Todos tenemos energías masculinas y femeninas, y cuando hablamos de energías femeninas también tenemos de las dos: la prolija y la desalineada, la obediente y la loca, la dulce y la maléfica.
Lilith viene a representar lo oculto de cada uno de nosotros, aquello que está reprimido, nuestro costado más primitivo. De niños, esta energía se encuentra en su estado más puro. Pero a medida que crecemos, le vamos sumando capas y capas de buenos modales para encajar en la sociedad. Y dejamos a Lilith escondida.
Lilith en Leo, el ego herido
Cada nueve meses aproximadamente, Lilith cambia de signo y ahora acaba de entrar en Leo. Allí permanecerá hasta el 3 de octubre.
Al estar transitando este signo de fuego regido por el sol, activará en nosotros un período en el que nuestro ego probablemente se sienta herido por cualquier cosa, y puede que estemos muy explosivos y susceptibles.
Podemos estar más permeables a situaciones que disparen en nosotros los celos o la envidia, el enojo por la falta de reconocimiento. El rugido del león se sentirá por el orgullo lastimado, nuestra parte primitiva reaccionará ante todo aquello que obstaculice el desarrollo de nuestra identidad y autoexpresión.
La imagen es la de un niño al que no lo dejan jugar, que le coartan su capacidad expresiva, que le pisan sus proyectos. Y el niño se enoja, no puede forjar su individualidad, no lo dejan ser el que quiere ser, y explota. Ese niño marcado por la rebeldía de Lilith en esta etapa leonina puede exacerbar enojos, discusiones o peleas.
Lilith en Leo: los signos más influenciados
Especialmente deberán estar atentos a esta vibración aquellos nacidos bajo el signo de Leo, pero también a los de Acuario, Tauro y Escorpio.
Lo importante será conectar con esa parte creativa que todos tenemos para dejar salir toda esta energía agresiva y canalizarla de la mejor manera. Dibujar, pintar, jugar, es decir, darle espacio a todas las expresiones del arte que liberen a Lilith y al niño herido.
El prestarle atención a los más pequeños de la casa también será una forma de sanación de la ira reprimida. El propósito es dejar que el placer nos invada, que la creatividad se expanda, que el niño salga a jugar en libertad preparándonos para la energía acuariana que nos acompañará este año y que comenzará a sentirse más con la próxima luna nueva.
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