El lanzamiento del documental 50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa en Netflix volvió a poner en el centro de la escena el crimen ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell. La producción reconstruye los últimos minutos de vida del joven de 18 años y el ataque brutal que terminó con su muerte.
Tras el estreno, Graciela Sosa, la mamá de Fernando, hizo una publicación cargada de dolor y de indignación en sus redes sociales. Allí apuntó directamente contra los rugbiers condenados por el asesinato de su hijo y recordó paso a paso la secuencia del ataque.
El descargo de Graciela Sosa en redes
En su posteo, Graciela describió con crudeza cómo actuaron los agresores aquella madrugada. “Lo golpearon dentro del boliche, esperaron a que se vaya la Policía, lo emboscaron por tres ángulos, no dejaron que los amigos lo defiendan”, escribió en Facebook.
Luego continuó: “No le dieron la oportunidad de defenderse. Lo discriminaron por su color de piel y por no levantarse. Lo escupieron en la cara. Se fueron caminando”.
La mamá de Fernando también cuestionó la frialdad con la que los jóvenes siguieron su vida después del ataque. “Comieron hamburguesas, planeaban las juntadas del día siguiente, querían drogas y alcohol, querían seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado”, señaló.
“Nunca pidieron perdón, se hacen las víctimas”, sentenció en su publicación.
Posteo Gabriela Sosa
El posteo de Graciela Sosa, la mamá de Fernando.
El testimonio de Graciela Sosa y los días previos al viaje: lo que reveló el documental de Netflix
Tras el estreno del documental, Graciela Sosa también revivió uno de los recuerdos más dolorosos de su vida: la última frase que Fernando le dijo antes de viajar a Villa Gesell junto a sus amigos, sin saber que sería una despedida.
Graciela recordó que aquella noche Fernando le habló con entusiasmo del plan que venía organizando desde hacía meses: “Me dijo que quería ir de vacaciones con los chicos, que sería lo último que harían juntos antes de que cada uno siguiera su camino”, relató.
Fernando, que tenía 18 años, había terminado el colegio y veía ese viaje como un cierre de etapa: la transición hacia la universidad, la adultez y una vida llena de proyectos. Su mamá también recordó que él estaba decidido a estudiar Derecho porque quería “defender a quienes no tienen voz”.
El documental muestra cómo ese recuerdo se convirtió en uno de los momentos más conmovedores del relato. Graciela describe la imagen de su hijo antes de irse: sonriente, ilusionado, lleno de planes. “Lo vi tan feliz… Nunca imaginé que esa sería la última vez que lo abrazaría”, contó.
