Un duro informe elevó la junta médica que durante dos meses analizó las circunstancias de muerte de Diego Armando Maradona. En el mismo detallan que si bien "resulta contrafáctico afirmar que no hubiese fallecido de haber contado con una internación adecuada, teniendo en cuenta el cuadro documentado en los días previos a su muerte, en un centro asistencial polivalente recibiendo una atención acorde a las buenas prácticas médicas, concordamos en que hubiese tenido más chances de sobrevida".
La causa judicial tiene siete imputados, el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, los enfermeros Ricardo Almirón y Dahiana Gisela Madrid, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y Nancy Forlini quien era la médica que coordinaba la internación de Maradona desde la prepaga.
Una de las primeras conclusiones de la junta es calificar como inadecuado, deficiente y hasta temerario el actuar del equipo de salud que atendía al astro futbolístico. El grupo de profesionales entiende que "Según las buenas prácticas médicas y una vez resuelta la patología aguda que dio origen a su internación en Clínica Olivos (hematoma subdural) y considerando el cuadro clínico, clínico-psiquiátrico y el mal estado general, debió haber continuado su rehabilitación y tratamiento interdisciplinario en una institución adecuada".
En cuanto a la hora del deceso la junta determinó que Maradona comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12.30 del día 25/11/2020, es decir, presentaba signos inequívocos de periodo agónico prolongado, "por lo que concluimos que el paciente no fue debidamente controlado desde las 00.30 horas del día 25/11/2020. Esto se suma a que según los expertos Diego no presentó correctos controles y asistencia por parte médico-asistenciales, de enfermería y acompañantes terapéuticos ni en tiempo ni en forma. De manera contundente la junta afirma que "fueron ignorados los signos de riesgo de vida que presentaba el paciente".
En el informe también hicieron referencia al cuidado de enfermería durante la estancia en la casa de Tigre, posterior a la externación de Clínica Olivos, concluyendo que "El cuidado de enfermería se encuentra plagado de deficiencias e irregularidades (ausencia de controles)". En esta internación domiciliaria, los médicos subrayan que "no existieron los lineamientos mínimos de tal internación en un paciente de la pluripatología compleja que presentaba Maradona".
En otro punto de análisis de las internaciones la junta concluye que "A pesar de haber tenido una prescripción adecuada en dosis y posología para su trastorno toxicofrénico, al respecto, no podemos descartar que esta medicación no haya influido en el desenlace fatal, ya que no se realizaron en los últimos 14 días previas al deceso, controles cardiológicos ni de laboratorio".
En el aspecto psicológico lo especialistas marcan que al menos desde la internación en IPENSA, Maradona no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales, ni en condiciones de tomar decisiones sobre su salud. Además determinaron que no existen constancias de atención psicológica en el domicilio, luego de la externación de CLIO, "las cuales consideramos indispensables para el adecuado tratamiento de la patología que presentaba".
En el final del escrito concluyen que "se puede inferir de la documental que fuera analizada por esta Junta Médica Interdisciplinaria, que el equipo médico tratante se representó cabal y acabadamente la posibilidad del resultado fatal respecto del paciente, siendo absolutamente indiferentes a esa cuestión, no modificando sus conductas y plan médico/asistencial trazado, manteniendo las omisiones perjudiciales precedentemente apuntadas, abandonando 'a la suerte' el estado de salud del paciente".
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