Laudelina Peña denunció el viernes a la madrugada al matrimonio de Pérez y Caillava. Dijo que el hombre chocó al niño y que luego se lo llevó del campo. Advirtió que no testimonió esa versión antes porque estaba amenazada.
De haberse extraviado en el monte, a la desaparición por trata de personas, y ahora a un posible “accidente” que terminó en la muerte y el entierro de Loan Peña.
Este caso encierra mucho más de lo que aparece en los medios, como si fuera una serie de misterio y terror. El viernes a la madrugada Laudelina Peña, tía del chico, que siempre tuvo un comportamiento extraño en la búsqueda del menor, declaró en la justicia provincial, cuando el caso está desde hace cinco días en el fuero federal, que el exmarino Carlos Pérez habría atropellado a Loan luego del almuerzo en la casa de su abuela. Y que ese “accidente” derivó en que el exmiembro de la Armada, junto a su pareja Victoria Caillaba, sepultaran al niño de manera ilegal. No se sabe dónde ni cuándo lo hicieron, según el llamativo testimonio de Laudelina Peña.
Surgen más interrogantes y dudas que certezas, como desde el principio de la desaparición de Loan el 13 de junio pasado.
Lo único claro es que todos los familiares y personas que estuvieron en ese almuerzo mintieron.
El testimonio de esta mujer deberá ser ratificado ante el fiscal federal de Goya Mariano De Guzmán, porque la causa pasó el viernes de la semana pasada a ese fuero, luego de la desastrosa instrucción de la causa por parte del fiscal provincial Juan Carlos Castillo, que investigó una sola hipótesis durante los primeros nueve días: que el chico se había extraviado en el monte. El caso pasó luego a la justicia federal. Pero antes el fiscal ordenó la detención de Pérez y su esposa y la del jefe de la policía local Walter Maciel, quien habría servido de encubridor del crimen.
La justicia federal empezó a investigar el caso desde fojas cero, con la hipótesis, según el dictámen, de que podría existir el delito de trata de personas detrás de la desaparición de Loan. Sin embargo, en esta hipótesis aún no hay elementos de peso en la causa. Sólo había dos evidencias: los perros adiestrados en búsqueda de cadáveres habían marcado la camioneta Ford Ranger, que usó el matrimonio para ir al campo el 13 de junio, y llamados telefónicos de Pérez y Caillava, cuando, un día después viajaron a la capital correntina y a Chaco. La principal hipótesis en la causa federal apunta a que esta pareja se llevó al niño en la chata y después en el auto. Lo que no se sabía hasta ahora era el móvil. Es decir, porqué lo habían hecho.
El testimonio de Laudelina aporta una explicación, que no quiere decir que sea cierta. Eso está por verse en la justicia federal. La tía de Loan declaró que Pérez atropelló al niño en un camino que sale de la casa de la abuela. Que el golpe provocó la muerte del pequeño, y que luego lo cargaron en la camioneta y se lo llevaron.
La coartada que había utilizado Pérez y Caillava era que el exmarino se volvió del almuerzo porque quería ver el partido de Deportivo Riestra y River por televisión.
Laudelina declaró que no contó antes lo que había pasado porque el matrimonio la había amenazado.
Según publicó el diario La Nación, hay otro elemento sospechoso en la trama. Caillava, quien era secretaria de Producción del Municipio de Nueve Julio, el día de la desaparición de Loan llamó por teléfono al jefe policial Maciel a las 15.15. No pasó inadvertido que esa comunicación se concretó cuando María Noguera, madre de Loan, todavía no había radicado la denuncia por averiguación de paradero de su hijo.
La denuncia fue radicada a las 16.15, casi dos horas después que Loan fue visto por última vez en la casa de su abuela, cuando regresaba después de haber ido a un árbol de naranjas. Esto significa que, en un período de una hora, entre que el niño desapareció y el momento en que la madre radicó la denuncia, la funcionaria dijo que fue a su casa, cuando, en realidad, se dirigió en dirección contraria.
Sin embargo, al revisar la información contenida por la base de datos de la antena de telefonía celular situada en uno de los caminos que conducen al campo que el matrimonio posee, en la zona rural, se determinó que el teléfono de la exsecretaria de Producción del municipio local impactó en la mencionada antena.
Esto significa, según fuentes de la investigación, que Caillava y Pérez no dijeron la verdad cuando declararon como testigos. Al descubrir esa contradicción, los responsables de la investigación decidieron volver a realizar una inspección en el mencionado campo, situado a cinco kilómetros de la casa de Catalina Peña, abuela de Loan, el lugar donde el pequeño fue visto por última vez.
Ese campo apareció en la mira de los investigadores durante los últimos siete días. Fue revisado en tres oportunidades, aunque no encontraron ningún rastro de Loan.
Lo que no está claro es porqué Laudelina Peña decide declarar y recién ahora que se sepa la verdad. ¿Por qué no lo hizo antes? Ella dijo que porque estaba amenazada. La otra duda es porqué la mujer declaró ante los fiscales provinciales en la capital correntina y no lo hizo ante los funcionarios de la justicia federal, que es la que lleva el caso ahora.
El otro interrogante que aparece es que si Pérez atropelló a Loan, que murió por el golpe, recibiría una pena mucho menor que por el delito de trata de personas. Y la pregunta más importante es por qué sepultaron al niño.
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