Superar este tiempo genera un gasto considerable. Una ducha de 10 minutos puede consumir hasta 200 litros de agua, y extenderla a 20 minutos duplica el desperdicio. Reducir la duración es clave para cuidar el medioambiente y evitar gastos innecesarios.
Reducir el tiempo bajo el agua no solo implica un ahorro económico, sino también un impacto positivo en el medioambiente. Con pequeños cambios en la rutina diaria, es posible contribuir al cuidado del planeta sin renunciar al confort de una buena ducha.
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Según los expertos, consideran que las duchas que superan el tiempo establecido genera un gasto considerable.
Consejos para duchas más eficientes
Para mantener una ducha dentro del tiempo recomendado y optimizar el consumo, se pueden aplicar estas estrategias:
- Usar un temporizador: Un cronómetro ayuda a controlar el tiempo sin esfuerzo.
- Cerrar la canilla mientras se enjabona el cuerpo o el cabello: Este simple hábito reduce el consumo hasta en un 40%.
- Instalar duchadores de bajo consumo: Reducen el flujo de agua sin perder presión.
- Reutilizar el agua fría inicial: Juntarla en un balde permite usarla en el inodoro o para regar plantas.