Amanda McCormick vive en el sur de Australia. La mujer fue sorprendida al ver que tenía una inusual visita en su hogar; es que jamás pensó que iba a tener un koala aferrado en su árbol de Navidad e incluso cuando llamó al 0800 de una organización que se dedica a rescatar koalas, pensaron que era una broma.
Desde el centro declararon que no es extraño que los koalas entren en las casas, tampoco es un hecho cotidiano. Sin embargo, advirtió que no deben asustarlos para que huyan porque pese a su belleza, tienen garras muy largas, dientes afilados y no son de buen carácter. También comentó que los koalas son criaturas muy curiosas y "si se presenta la oportunidad, investigarán".
La dueña de la casa no se pudo resistir y compartió el gracioso video en su Instagram junto a la frase: "¡Mi nueva compañera, Daphne! Ojalá pudiera quedarme con ella". La historia se viralizó muy rápido.