En una extensa entrevista con el programa "Ahora Vengo", la psicóloga clínica clínica Celia Leranoz (MT 45733), especialista en adultos mayores, habló de este novedoso concepto que describe la vitalidad y el redescubrimiento personal que viven muchas personas a partir de los 60 años.
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"Sexalescencia", la tendencia social que abrazan los adultos mayores de 60 años.
Una tendencia entre adultos mayores que se replica en Argentina
El concepto no remite al sexo, como podría suponerse, sino a la unión entre “sex” (por los sexagenario) y “adolescencia”. Se trata de una etapa en la que hombres y mujeres recuperan el placer, el juego, la curiosidad y los proyectos de vida, rompiendo con la idea de que a los 60 se llega al final del camino.
Según Leranoz, la expectativa de vida cambió y con ella también la forma de envejecer. Muchos jubilados comienzan actividades que antes no podían, ya sea por falta de tiempo o responsabilidades familiares. “ El tiempo es un regalo y, si hemos cuidado nuestra salud física y psíquica, podemos vivir una fase muy plena”, señaló.
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"Sexalescencia", la tendencia social que abrazan los adultos mayores de 60 años.
Características de la sexalescencia
La especialista subrayó además que la socialización es clave: participar en talleres, aprender algo nuevo, bailar, cantar o simplemente compartir con pares ayuda a mantener la energía vital. En ese sentido, destacó que quienes se mantienen activos sienten que “el tiempo biológico pasa más lento”.
En cuanto a las diferencias de género, Leranoz explicó que a las mujeres suele costarles más sostener una actividad en el tiempo, mientras que a los hombres les cuesta dar el primer paso. “Ellas tienen que trabajar el quedarse; ellos, el empezar”, resumió.
Otro aspecto central es la sexualidad. Si bien el cuerpo atraviesa cambios, la psicóloga remarcó que el deseo y el vínculo afectivo se transforman, sin desaparecer: “La sexualidad es todo, es conversar, escucharse, conectarse con el otro”.
La sexalescencia no es una moda ni una etapa pasajera: es la oportunidad de redescubrir la vida cuando parece que todo ya estaba escrito. Nuevos proyectos, vínculos más profundos, aprendizajes y el simple placer de disfrutar del presente la convierten en una segunda adolescencia, pero con la madurez como aliada.