Este es un tema polémico y con muchas aristas por analizar. Los estudiosos del tema están han hecho descubrimientos fascinantes sobre estas visitas oníricas.
De acuerdo con un artículo escrito por Patrick McNamara, en la revista digital Psychologytoday.com estas visitas tienen características comunes:
Estos fenómenos han sido considerados como mecanismos psicológicos del soñador para poder manejar y atenuar el dolor por la pérdida de un ser amado. Pero investigadores científicos como el Dr. Raymond A. Moody están poniendo en duda de que todo sea producto de una febril imaginación.
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Moody es egresado en filosofía de la Universidad de Virginia donde obtuvo un la licenciatura en 1966, un máster en 1967 y el doctorado (Ph. D.) en 1969.
También obtuvo un doctorado en psicología en la West Georgia College, en la que más tarde ejercería como profesor. En 1976, le fue concedido el doctorado (M.D.) por el Medical College de Georgia. Moody también fue designado Chair in Consciousness Studies en la Universidad de Nevada (1988)
Luego de obtener su doctorado, Moody trabajó como psiquiatra forense en el hospital estatal de máxima seguridad de Georgia. Se hizo mundialmente famoso por su libro “Vida después de la vida” publicado en 1975.
En las investigaciones del Dr. Moody, ha estudiado también los sueños con familiares o personas amadas que han fenecido. Y las evidencias demuestran que detrás de estos sueños se esconde una realidad mucho más compleja que la simple auto-condescendencia del soñador.
El psicólogo español Joaquín Cámara es un renombrado investigador del tema de la vida después de la muerte. Cámara explica que cuando alguien fallece y pasa al mundo espiritual, puede tratar de comunicarse de diferentes formas con sus seres amados que siguen en el plano físico.
Cámara, autor del libro Una vida infinita, explica que “Una de las formas más frecuentes es tratar de establecer comunicación cuando la persona se queda dormida. Todas las noches, cuando nos acostamos a dormir, llega un momento en el que nuestro cuerpo astral sale del cuerpo físico y viaja por su plano, el astral, mientras el cuerpo físico se queda en la cama acostado.
Por lo general, no recordamos estos viajes que hacemos cada noche, ya que en el plano astral estamos también medio dormidos, semiinconscientes a lo que sucede a nuestro alrededor allí. Recordemos ahora que el plano astral es el mismo al que vamos tras morir, por lo que ese lugar está lleno de seres desencarnados, así como de habitantes propios del astral.
De este modo, si hemos perdido a un ser querido es muy posible que él se encuentre en ese plano y aproveche que estamos ahí durante el sueño para poder comunicarse con nosotros, por lo que esto se convierte en un medio de comunicación muy sencillo para ambos”.
Fuente www.mundo.com
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