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Encuentro Plurinacional de Activismos Gordes en Rosario: sanar el sufrimiento y construir organización

Con participantes de todo el país, y una agenda de reclamos que tomó la educación, la salud, la industria de la dieta y el derecho al deseo, se realizó el Segundo Encuentro Plurinacional de Activismos Gordes, del que participaron más de 120 personas de todo el país.

Una leve brisa corría en la mañana del domingo entre los árboles del Parque de España, en Rosario, afuera del Galpón de las Juventudes, donde funcionaron los talleres del Segundo Encuentro Plurinacional de Activismos Gordes. Durante todo el día, la emoción circuló tanto como la palabra. Las historias tenían un denominador común: el sufrimiento de haber sido niñas - niños, niñes- rechazados, la gordofobia internalizada, la prédica familiar para adecuar los cuerpos. “Venimos a sanar”, fue una de las frases que más se escuchó por la mañana. “Me emociona saber que ya no estoy sola. Mi yo de niña está muy feliz en este momento por encontrarnos”, expresó Flor Alegre, activista y modelo plus size de la ciudad de Santa Fe que participó activamente de la organización.

Por la tarde, divididas en cuatro grupos, las discusiones se enfocaron en cuatro ejes: *Acceso a la educación, y la importancia de una Educación Sexual Integral con perspectiva de diversidad corporal, *acceso a la salud y despatologización, *la cultura de la dieta y *¿Qué hacemos con el deseo?, el más convocante, donde se escuchó sobre las dificultades de las personas gordas para constituirse en objetos activos de deseo, cuando todo en la sociedad está organizado para penalizar, culpabilizar y corregir esas existencias. En cada uno de estos espacios se establecieron estrategias de acción para avanzar hacia “una vida digna para las personas gordas”.

Médicos que envían a alguien que consulta por otra cosa a “bajar 30 kilos”, antes de volver; consultorios que no están preparados para prácticas con personas de cuerpos grandes; escuelas donde el bullying a las corporalidades gordas se acepta y promueve desde la docencia, fueron algunas de las experiencias compartidas.

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Reconocidas activistas de todo el país participaron del encuentro en Rosario.

Reconocidas activistas de todo el país participaron del encuentro en Rosario.

Así se había expresado en el documento inicial. “La discriminación, el estigma y la violencia que la sociedad ejerce sobre nosotros, con la pretensión de normalizar nuestros cuerpos, encuentra en las instituciones una legitimación que nos aleja del ejercicio pleno de nuestra ciudadanía. Por eso como aprendimos de las luchas de otros grupos oprimidos, reivindicamos nuestros derechos y exigimos el acceso a la educación, a la salud, al hábitat, a la vestimenta, a la alimentación y al trabajo”, leyó Lux Moreno, una de las integrantes de Colectivos de Gordes Activistas de Argentina (CGA). Lux es profesora de Filosofía, autora de los libros Gorda Vanidosa y Gorda Traidora.

De cada taller salieron conclusiones para construir una agenda de trabajo interseccional y federal. Por eso, decidieron hacer el Encuentro en Rosario, ya que el primero se realizó en 2021 en Morón, provincia de Buenos Aires.

Participaron más de 120 personas. La mayoría eran mujeres, hubo algunos pocos varones y un varón trans, como así también mujeres trans. Participó Magda, una activista del colectivo La Mondonga, de Montevideo, y también llegaron personas de Brasil y Colombia. De la Argentina, hubo participantes de Entre Ríos, Córdoba, la provincia de Santa Fe, la provincia de Buenos Aires y CABA.

Con la declaración de interés municipal y provincial, por parte del Consejo municipal y la legislatura provincial, hubo también una pista del incipiente ingreso de esta agenda en los estados. El que tomó la delantera fue la provincia de Buenos Aires, que con la edición del “Cuadernillo de sensibilización sobre temáticas de diversidad corporal gorda” puso el tema en la agenda gubernamental.

Desde el Ministerio de las Mujeres bonaerense, la subsecretaria de Políticas de Género y Diversidad Sexual, Lucía Portos -que también es activista de CGA- estuvo en el taller de acceso a la salud. “En estos momentos tan iniciáticos, porque es un segundo encuentro que tiene pretensiones de convocar cada vez a más personas, también queremos proponer un horizonte de politización que termine logrando políticas públicas, con financiación por parte del Estado, pero también con la toma de conciencia de cómo la institucionalidad replica los discursos gordoodiantes y en definitiva legitima nuestra pérdida de ciudadanía como personas gordas. Hacerlo en este en este doble rol para mí es muy movilizante”, expresó la funcionaria.

Cuando los discursos de la salud se centran la gordura como la base de todas las patologías, lo que existe como sustrato es una industria que promueve las dietas y el adelgazamiento obligatorio. Y por eso, la tarea de los activismos es “enfrentar intereses corporativos concentrados, porque hay gente que gana mucha plata con nuestro sufrimiento. No dejemos de poner el foco en la industria de la dieta”, subrayó Portos.

El Encuentro se hizo en Rosario para avanzar en la federalización. Luz Ferradas es concejala de Ciudad Futura, integra Furia Feminista y se acercó al activismo gordo en los Encuentros Plurinacionales de Mujeres, que tiene un taller dedicado al tema desde 2017, en Chaco. Cuando se presentó en el taller de la mañana, Luz afirmó: “Soy la única concejala gorda”. Y más tarde, casi al final, ante la pregunta de AIRE, dijo que el Encuentro del domingo permitió “tener un espacio de sanación y después un espacio de organización, con algunas conclusiones”.

El entusiasmo del Encuentro fue un freno al calor agobiante, que se puso peor a la siesta. Concretarlo “implica un montón de laburo y de esfuerzo que se hace por amor al activismo y por los derechos de las personas gordas”, expresó Laura Contrera, también de CGA y compiladora junto a Nicolás Cuello de un libro precursor del tema, llamado Cuerpos sin patrones. “Todo el mundo sabe lo que es la gordofobia, todo el mundo identifica situaciones discriminatorias o violentas, y eso marca un avance, que en 2011 cuando empezamos a activar era impensable”, ponderó la activista.

El cierre fue con lectura de poesía y música. Con el disfrute de los cuerpos tal como son, sin imposiciones de cambio o adecuación.

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